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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Una vez más dirijo mis pensamientos con preocupación al conflicto en Palestina e Israel, que amenaza con extenderse a otras ciudades palestinas. Hago un llamamiento para que se detengan las negociaciones y cese inmediatamente el fuego, para que se libere a los rehenes, para que se socorra a la población de Gaza, donde también se están propagando tantas enfermedades, incluida la poliomielitis”.
Así lo ha manifestado el Papa Francisco, que esta mañana, tras realizar una visita privada a la basílica de Santa María la Mayor para encomendar -como es habitual- el inminente Viaje Apostólico a Asia y Oceanía a la Salus Popoli Romani, a mediodía ha comparecido en una plaza de San Pedro abrasadora para el tradicional rezo dominical del Ángelus. Tras la catequesis, el pensamiento del Pontífice se ha dirigido a Tierra Santa, por la que ha invocado la paz:"¡Que haya paz en Tierra Santa, que haya paz en Jerusalén! Que la Ciudad Santa sea un lugar de encuentro en el que cristianos, judíos y musulmanes se sientan respetados y acogidos, y que nadie cuestione el statu quo en sus respectivos Lugares Santos".
Hace unos días, durante una entrevista, el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, se había mostrado abierto a la hipótesis de construir una sinagoga en el Monte del Templo, la «Explanada de las Mezquitas» donde hoy se erigen la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa.
Las palabras del Papa llegan el día en que el ejército israelí ha anunciado el hallazgo de varios cadáveres en Gaza, que ha identificado como los de seis rehenes secuestrados por Hamás y otros grupos palestinos el pasado 7 de octubre.
Tras el rezo del Ángelus, el Obispo de Roma ha recordado también el atentado que tuvo lugar hace unos días en Barsalogho (Burkina Faso), donde "cientos de personas, entre ellas mujeres y niños, fueron asesinadas y muchas otras resultaron heridas en un atentado terrorista. Al condenar estos execrables atentados contra la vida humana, expreso mi cercanía a toda la nación y mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. Que la Virgen María ayude al querido pueblo de Burkina Faso a volver a encontrar la paz y la seguridad". Además ha añadido: "Rezo también por las víctimas del accidente en el Santuario de Nossa Señora da Conceicão, en la ciudad de Recife, Brasil. Que el Señor resucitado consuele a los heridos y a sus familias".
Antes del rezo del Ángelus, comentando el pasaje evangélico de hoy, en el que Jesús habla de los puros y los impuros (cf. Mc 7,1-8.14-15.21-23), el Pontífice ha recordado que la pureza, como dice el mismo Cristo, es lo más importante, y “no está ligada a ritos externos, sino ante todo a actitudes interiores”, mientras que hacerla coincidir con la mera realización de prácticas externas “es ritualismo”. Una actitud viciosa que puede tentar a cualquiera: “No se puede, por ejemplo, – ha proseguido el obispo de Roma - salir de la Santa Misa y, ya en la puerta de la iglesia, detenerse con habladurías malvadas y sin misericordia sobre todo y todos. O mostrarse piadosos en la oración, pero luego en casa tratar a los miembros de la propia familia con frialdad y desapego, o descuidar a los padres ancianos, que necesitan ayuda y compañía”.
“Esto es una doble vida, que no se puede tener. Y esto es lo que hacían los fariseos – ha añadido -. O, no se puede ser aparentemente muy correcto con todos, tal vez incluso hacer un poco de voluntariado y algunos gestos filantrópicos, pero luego en el interior cultivar el odio hacia los demás, despreciar a los pobres y a los últimos, o comportarse deshonestamente en el propio trabajo”.
De este modo, ha subrayado el Papa, “la relación con Dios se reduce a gestos externos, y en el interior permanecemos impermeables a la acción purificadora de su gracia, demorándonos en pensamientos, mensajes y comportamientos sin amor”. Y sin embargo, “estamos hechos para la pureza de vida, para la ternura, para el amor”.
(F.B.) (Agencia Fides 1/9/2024)