Asís (Agencia Fides) – Ser discípulos misioneros, desde los 0 a los 99 años, es un proceso continuo que dura toda la vida. Es la reflexión dirigida a todos los bautizados, desde los más pequeños hasta los mayores, de Sor Roberta Tremarelli AMSS, Secretaria General saliente de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, durant la 22ª edición de las Jornadas Nacionales de Formación y Espiritualidad Misionera que se están celebrando en Asís hasta el domingo 1 de septiembre.
El ciclo de encuentros e iniciativas organizados en Asís en torno al tema “En un cruce de caminos. ¡Id e invitad!”. Sor Tremarelli intervino el viernes por la mañana con una presentación titulada, “El estilo de acción del discípulo misionero”, centrada en algunos aspectos que deben ser propios del estilo del discípulo misionero. “La oración es la primera acción misionera y, por tanto, es lo que debe caracterizar la vida cotidiana de todo discípulo misionero. La oración entendida como puente que nos une con Dios y con los demás. El testimonio es el elemento esencial en nuestra vida como discípulos misioneros. Como afirma Evangelii Nuntiandi en el n. 21, implica presencia, participación y solidaridad”, explicó Tremarelli.
Contracorriente, centinela, humilde, alegre son algunos de los adjetivos que podrían aplicarse al estilo de un discípulo misionero.
El discípulo misionero vive una “dedicación al Reino de Dios, a la Palabra, a Cristo. Y, al mismo tiempo, al pueblo, a la comunidad en la que vive, a la que pertenece como hijo de Dios, comunidad temporal o estable”.
El discípulo misionero siempre tiene un estilo comunitario incluso cuando está solo. “Si queremos ser discípulos misioneros, debemos ser personas colaborativas. Esto no significa asistir a reuniones interminables, unirnos a todos los grupos organizativos o llenar cada momento de nuestra agenda”, continuó la hermana Tremarelli.
Para concluir, dirigiéndose a adultos, educadores, catequistas, profesores católicos, padres, sor Roberta, que durante 7 años dirigió la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, exhortó: “Somos responsables de hacer desear lo bello, lo bueno, lo justo, es decir, el Absoluto... La propuesta del Evangelio es la más bella, inigualable, la única que puede dar alegría a los niños, a los jóvenes, a los adultos, a las familias, a los ancianos, a los enfermos”.
Las Jornadas de formación incluyen en el programa una mesa redonda en la que participarán el padre Tommaso Nava, sacerdote fidei donum en Perú, Mauro Marangoni y Chiara Bolzanella, familia misionera de la diócesis de Padua, y sor Esther Koudoglo, misionera togolesa de las Hermanitas de la Sagrada Familia.
Para el sábado está prevista una conexión para profundizar en el tema “Peregrinos de la esperanza” con tres testimonios misioneros y el relato de la peregrinación a la tierra de los mártires. Finalmente, el domingo el padre Giuseppe Pizzoli, director de la Fundación Missio, pronunciará el discurso final.
(IEG) (Agencia Fides 30/8/2024)