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Kinshasa (Agencia Fides) – “El acuerdo de alto el fuego debe aplicarse plenamente”, pide la Conferencia Episcopal Nacional Congoleña (CENCO) a los gobiernos de la República Democrática del Congo y de Ruanda. En un comunicado publicado el 7 de agosto, la CENCO afirma que “si bien felicita a todos por este ‘pequeño’ progreso, la CENCO recuerda que este no es el primer acuerdo firmado entre los gobiernos de Ruanda y de la República Democrática del Congo”.
Los obispos congoleños subrayan que “todos los acuerdos anteriores han sido violados alegremente y los informes al respecto no han dado lugar a sanciones”. El acuerdo al que se refiere la CENCO fue anunciado la tarde del 30 de julio por el gobierno angoleño que había mediado en la capital angoleña entre congoleños y ruandeses. “La segunda reunión ministerial entre la República Democrática del Congo y la República de Ruanda, celebrada aquí en Luanda bajo la mediación de la República de Angola, condujo a la conclusión de un alto el fuego que entrará en vigor a medianoche del 4 de agosto”, anunció la presidencia angoleña.
Kinshasa acusa a Kigali de apoyar a los rebeldes del M23 que han conquistado con armas y tropas propias varias zonas de la provincia oriental de Kivu del Norte, en el este del país. El gobierno ruandés rechaza las acusaciones congoleñas, pero se ha comprometido a garantizar un acuerdo de paz con los rebeldes del M23.
Sin embargo, el alto el fuego no parece mantenerse. El M23 continúa su avance hasta el punto de que ayer, 7 de agosto, tomó el control de la localidad de Nyakakoma en el lago Eduardo, tras tomar la ciudad de Ishasha, en la frontera con Uganda. Por este motivo, los obispos congoleños intervinieron para recordar a los firmantes que respeten los acuerdos.
Entre 2022 y julio de 2024, la CENCO llevó a cabo casi diez misiones de sensibilización en el extranjero con el objetivo de implicar a los socios internacionales en la crisis congoleña. Sin embargo, en su declaración, la CENCO señala que “los socios internacionales no han considerado la guerra en el este de la RDC como una prioridad, del mismo modo que la guerra en Ucrania o la situación en Oriente Medio”.
La guerra en el este de la República Democrática del Congo tiene implicaciones regionales que involucran no solo a Ruanda (además del antiguo Congo belga, por supuesto) sino también a otros países, empezando por Uganda. Según el informe publicado el 6 de agosto por el Grupo de Estudio sobre Congo de la Universidad de Nueva York, la reanudación de los combates del M23 en 2021, ocho años después de su capitulación en 2013, tiene que ver con los acuerdos económicos firmados entre la RDC y Uganda, que pusieron en peligro excluir a Ruanda del comercio regional. Kigali habría visto la reactivación del M23 como una forma “de proyectar influencia contra su vecino del norte, Uganda”, según investigadores estadounidenses. Sin embargo, señalan que, desde abril de 2022, Ruanda y Uganda comenzaron “a apoyar gradualmente al M23”, en una inversión de la situación contra los congoleños.
(L.M.) (Agencia Fides 8/8/2024)
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