ASIA/CHINA - La Comunidad Católica China Celebra la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos según el Evangelio y las Enseñanzas Confucianas

sábado, 27 julio 2024 ancianos   iglesias locales  

Pekín (Agencia Fides) - En vista de la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos que se celebrará el domingo 28 de julio de 2024, con el tema elegido por el Santo Padre, «En la vejez no me abandones» (cf. Sal 71,9), la comunidad católica china se ha movilizado, como siempre, para vivir esta Jornada a la luz del Evangelio y de los valores tradicionales confucianos que forman parte de la cultura china.
La mañana del 26 de julio, el grupo pastoral de la parroquia de Nantang, dedicada a la Inmaculada Concepción y fundada por Matteo Ricci, se dirigió a la Residencia de Ancianos de la diócesis y peregrinó hacia la parroquia de Yongni, en el distrito de Mentougou.

En la catedral de Shishi, de la diócesis de Guangzhou, se anticipó la misa para los ancianos y se administró el sacramento de la Unción de los Enfermos. Esto refleja el compromiso de la Iglesia en China de cuidar no solo los aspectos materiales, sino también la vida espiritual de los ancianos.
Asimismo, la parroquia de Longwan, en la diócesis de Wenzhou, organizó una serie de iniciativas para celebrar el Día Mundial de los Abuelos y los Ancianos, respondiendo así al llamamiento del Papa Francisco.

El 23 de julio, jóvenes universitarios que estaban de vacaciones de verano se unieron a diáconos, religiosas y laicos para llevar la comunión y los sacramentos (confesión, unción de enfermos) a los ancianos de varios pueblos bajo un sol abrasador, dedicando su tiempo especialmente a los ancianos solos y enfermos, de entre 70 y 90 años. Las visitas fueron momentos conmovedores tanto para los ancianos, que sintieron el calor y el amor de la Iglesia, como para los jóvenes, que experimentaron en primera persona la soledad de la vejez y las dificultades físicas y emocionales. Se sintieron profundamente conmovidos porque «esta actividad, más que ninguna otra, nos ha hecho vibrar el corazón. La conmoción y la compasión ante ancianos con tantas dificultades llegan al corazón más directamente que las teorías de los libros», han confesado los jóvenes.

Al día siguiente, 24 de julio, se celebró en la parroquia la misa de la Jornada, a la que asistieron unos 200 feligreses ancianos. Varios grupos parroquiales (coro, Cáritas, jóvenes, etc.) donaron regalos hechos por ellos para los ancianos, como rosarios hechos a mano, o abanicos (para animar a los ancianos con su celo y sabiduría a seguir avivando el fuego misionero). Cuatro fieles compartieron con la comunidad el mensaje del Papa para la IV Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos. El párroco, don Guo Wenwu, hizo hincapié en tres puntos: en primer lugar, prestar atención, cuidar y amar a los ancianos, solos y sin apoyo, y comprender plenamente sus necesidades emocionales; en segundo lugar, promover continuamente las visitas a los ancianos, llevando las bendiciones y el amor de Dios; y en tercer lugar, implicar a los jóvenes para que participen en estas iniciativas, a fin de comprender profundamente el testimonio del Señor en la Iglesia y promover el desarrollo de la Iglesia de forma concreta.

En la tradición china, de hecho, los ancianos son el símbolo de la sabiduría, la habilidad, la experiencia, la abnegación, la autoridad y el amor, todos ellos valores que se encuentran a menudo en las Sagradas Escrituras y en la enseñanza cristiana. En su larga historia milenaria, la cultura china dedica anualmente una fiesta a los ancianos, según el calendario lunar, en otoño. La comunidad católica de China continental siempre ha organizado numerosas iniciativas para celebrar a los ancianos enriquecidos con los valores cristianos a la luz de la Biblia.

La vida eclesial de todas las comunidades católicas de China atesora la importante contribución de los ancianos: fieles colaboradores de sacerdotes y religiosas, apasionados catequistas y voluntarios, siempre disponibles para atender las necesidades de todos. Al mismo tiempo, la Iglesia atiende concretamente sus necesidades, tanto materiales como espirituales, los Sacramentos (como la Comunión y la Unción de los Enfermos) se administran habitualmente puerta a puerta, haciéndoles partícipes de la vida de fe.
(NZ) (Agencia Fides 27/7/2024)


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