EUROPA/POLONIA - Instituciones religiosas polacas y ucranianas ofrecen ayuda al pueblo ucraniano

miércoles, 1 junio 2022 obras misionales pontificias   ayuda humanitaria   guerras   comunidades religiosas  

Varsovia (Agencia Fides) - Son muchas las instituciones religiosas de Polonia y Ucrania que ofrecen ayuda y consuelo a los ucranianos heridos por el conflicto en curso. Muchos de ellos realizan una labor oculta y silenciosa, pero tan importante en este momento tan delicado.
De ello habla a la Agencia Fides el P. Maciej Będziński, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Polonia, quien explica: “Como responsable de la OMP he coordinado el apoyo recibido de la OMP de Estados Unidos, cuyo director monseñor Harrington visitó Polonia y Ucrania el pasado mes de abril (véase Agencia Fides 26 de abril de 2022). He tratado de favorecer los lugares y las comunidades que trabajan en el espíritu del silencio evangélico”.
La ayuda incluye la organización de un transporte humanitario a la ciudad de Rowne, en Ucrania, donde las hermanas han pedido alimentos y asistencia médica y un coche para prestar ayuda en los lugares más pequeños y distantes, o la de las religiosas carmelitas de clausura de Częstochowa, que han acogido a dos comunidades monásticas de carmelitas de Ucrania, dándoles alojamiento y todo lo que necesitan. Estas comunidades contemplativas, a pesar de la guerra, rezan ahora en Polonia.
También son ejemplos muy significativos las Hermanas Benedictinas del monasterio de Staniątki, que han acogido en su convento a 75 personas, entre ellas madres con sus hijos; o las Hermanas Siervas de la BVM de Sandomierz, que organizan talleres para niños y ayudan a las mujeres a encontrar empleo; las Hermanas de San José de Cracovia, que desde el principio ayudan en la frontera y acogen en sus casas a los religiosos refugiados, y las Pías Discípulas del Divino Maestro de Chmielnicki (Khmelnitsky), en Ucrania, cuya casa se ha convertido en un albergue para refugiados, así como el seminario diocesano de Radom, donde hay 36 seminaristas y 52 refugiados.
“Tras una conversación telefónica con el obispo de Ucrania, Radosław Zmitrowicz, decidimos que buena parte de nuestra ayuda se canalizara allí”, cuenta el padre Będziński. “El obispo nos describió una situación de desesperación, muerte e incertidumbre – continua - y nos explicó que en este contexto la Iglesia busca curar las heridas de la guerra, las materiales, físicas y afectivas, las psíquicas y, por supuesto, también las más profundas: las espirituales. También está prevista la construcción de un centro con el nombre de San Juan Pablo II, en el que parte del espacio lo ocupará un centro de rehabilitación dedicado a curar las heridas de la posguerra”.
(E.G.) (Agencia Fides 1/6/2022)


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