ÁFRICA/ETIOPÍA - Camino de evangelización en la zona somalí de la Prefectura Apostólica de Robe “donde el Evangelio aún no ha llegado”

viernes, 1 abril 2022

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Addis Abeba (Agencia Fides) – “Algunos pueden pensar que he abandonado la Prefectura, en realidad he vivido este tiempo sintiéndome en el corazón de nuestra Iglesia, donde el Evangelio aún no ha llegado, en la población somalí, empezando a aprender su lengua y sus costumbres”, ha escrito a la Agencia Fides el P. Angelo Antolini, OFM Cap., Prefecto Apostólico de Robe, a su regreso a la capital etíope.
“Llegué a Gode en la segunda quincena de febrero -continúa el misionero-, una semana antes del comienzo de la desgraciada guerra en Europa. Pasé todo el mes de marzo en la zona somalí de la Prefectura. En definitiva, he pasado una Cuaresma allí”.
El P. Angelo recuerda los orígenes de la Prefectura de Robe (véase Agencia Fides 13/2/2012), “si nos remontamos a diez años atrás, uno de los principales motivos de su erección fue precisamente intentar un camino de evangelización en aquella parte del Vicariato Apostólico de Meki nunca antes alcanzada, en la zona de Afder de la Región Somalí (50 mil kilómetros cuadrados y medio millón de habitantes hora, con el acuerdo pastoral de hace un año y medio, realizado con el P. Angelo Pagano, ofm cap., obispo de Harar, que tiene la responsabilidad pastoral de la misión de Gode, que está a cien metros de la frontera legal de la Prefectura de Robe, las cosas están cambiando. La presencia de la Iglesia, con la hermana Joachim, Tesemma, Abdella, dos jóvenes misioneros laicos de Oromo - y yo cuando estoy allí -, forman la presencia sacramental del Señor resucitado en esta ciudad, en medio de un desierto. Con nosotros, unidos en el nombre del Señor Jesús resucitado, por la fuerza del Espíritu Santo, se hace presente el Santo Cuerpo resucitado y glorioso del Señor Jesús”.
El Prefecto de Robe concluye su testimonio subrayando que “la fuerza del Espíritu del Señor Resucitado nos hace vivir en el amor de unos a otros y en la caridad con los pobres, especialmente con las mujeres en dificultad y sus hijos. Nos ayuda a transformar las tierras áridas y desoladas de este tremendo desierto en un oasis, como modernos monjes medievales”.
(AA/AP) (Agencia Fides 1/4/2022)

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