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Brasilia (Agencia Fides) – “Pedimos a todos los cristianos católicos, hombres y mujeres de buena voluntad, que compartan el dolor de los que han perdido lo poco que tenían, víctimas de la tragedia climática. En particular, queremos sostener a las familias afligidas y sin hogar. Nuestra Iglesia ya se está movilizando para ayudar. Vayamos todos juntos”. Este es el llamamiento lanzado por la Presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) tras las fuertes lluvias que han precipitado sobre Petrópolis, ciudad turística de la región montañosa de Río de Janeiro, y que han causado decenas de muertos y personas sin hogar, en un balance aún provisional.
El mensaje de la Presidencia de la CNBB, recibido en la Agencia Fides, subraya que la consternación por el incidente “toca nuestra fe cristiana, instándonos a actuar juntos” e invita a estar en comunión con el Obispo y el querido pueblo de Dios en la diócesis de Petrópolis en la oración y la acción: “Todos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe ejerciendo la solidaridad”. Las iniciativas de apoyo a las víctimas son “un compromiso cristiano y una tarea indispensable para quienes ocupan puestos de poder. Petrópolis pide ayuda urgentemente”, instan los obispos.
La presidencia de la región Leste 1 - CNBB también expresa su solidaridad con todos los habitantes de Petrópolis que han sufrido los impactos de la fuerte tormenta que ha azotado la ciudad, dejando un rastro de destrucción y muerte. “Pedimos a la Iglesia Católica presente en el Estado de Río de Janeiro que se una en oración, para que estos hermanos y hermanas afectados encuentren consuelo en medio del dolor por la pérdida de sus parientes, familiares y amigos”. Por ello, invitan a iniciar una gran cadena de solidaridad en nuestras iglesias enviando donativos a la diócesis de Petrópolis. Todos los fondos recaudados se utilizarán para acciones de emergencia y para ayudar a las familias afectadas.
El último informe del Departamento de Defensa Civil de Brasil indica que el número de muertos ha aumentado a 94 y el de desaparecidos a 34. Entre los muertos hay ocho niños. Las lluvias torrenciales, que han azotado la zona en la noche del martes 15 como no lo habían hecho en al menos 90 años, han provocado 269 desprendimientos, numerosas inundaciones, causando destrucción en decenas de casas y provocando la caída de muros y árboles. Se teme que muchas personas puedan seguir atrapadas bajo los escombros o en el barro.
(SL) (Agencia Fides 17/02/2022)