Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Las Obras Misionales Pontificias, promueven la Jornada Mundial de la Infancia Misionera, el 6 de enero. En esta Jornada, se recuerda cómo los niños y jóvenes de todo el mundo se sienten parte de una sola familia, el pueblo de Dios, que camina unido con el compromiso de anunciar a Cristo y darlo a conocer a quienes nunca han oído hablar de Él.
“Este año el Secretariado Internacional de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera ha propuesto a todas las Direcciones Nacionales, como tema común para el año 2021, el testimonio”, explica la Secretaria General, la Hna. Roberta Tremarelli. “Sean mis testigos, es la invitación que Jesús dirige a sus discípulos y, por tanto, a todo bautizado, independientemente de su edad. Los niños y jóvenes que participan en las actividades de la infancia misionera durante todo el año se comprometen a tener un corazón abierto al amor de Dios y a las necesidades de los demás. Durante la Jornada de la Infancia Misionera, en particular, tienen la oportunidad de compartir su compromiso en la oración y la ofrenda”.
Los niños y los jóvenes son los principales protagonistas de la animación misionera en todo el mundo. Son jóvenes discípulos misioneros que evangelizan con la oración y el testimonio en casa, en la escuela y en los ambientes que frecuentan junto a sus coetáneos.
“Este año, debido a la pandemia, muchas Jornadas de la Infancia Misionera no podrán celebrarse a nivel nacional con un encuentro de todos los niños y jóvenes, sino que probablemente podrá ser solo a nivel parroquial y grupal” continúa la hna. Tremarelli. “La posibilidad de utilizar las redes sociales dará la oportunidad de ampliar la participación por lo que puedo decir que, a pesar de la dificultad de este tiempo marcado por la pandemia, tendremos la oportunidad de encontrar a más personas, aunque sea de forma virtual. Muchas direcciones nacionales ya han organizado la Jornada de la Infancia con consignas y materiales adecuados para invitar a los niños y jóvenes a comprometerse e involucrarse en el carisma propuesto por la Obra de la Infancia Misionera”.
La implicación de los niños, gracias a su sensibilidad, comporta también la de sus familias. “Por tanto, el primer lugar donde los niños son testigos es precisamente la familia. Es un testimonio mutuo: los padres dan testimonio a los hijos de su fe y al mismo tiempo los niños y jóvenes testimonian a sus padres el compromiso de pensar en los demás, esos otros que están más allá de la propia familia, más allá de su barrio, más allá del propio país. Durante un encuentro digital en Zoom con niños, adolescentes, animadores y directores diocesanos, un chico me preguntó «Nosotros ya oramos todos los días por los niños de todo el mundo según el Carisma, pero ¿cómo podemos realizar hoy la ofrenda de sacrificios y la colecta de las de ofrendas materiales?» Este chico estaba preocupado porque debido a la pandemia no podían reunirse y por eso preguntaba cómo podía recolectar y ofrecer su poco dinero para ayudar a los niños del mundo. Esto me llamó mucho la atención porque demuestra que en realidad en estos niños y jóvenes existe una verdadera preocupación por sus coetáneos”.
Involucrarse en la Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera ayuda a niños, jóvenes, familias y animadores a abrir su corazón a los demás y a mirar hacia los horizontes infinitos que Jesús nos ha indicado.
(Agencia Fides 6/1/2021)