AMERICA/ECUADOR - “Laicidad y libertad religiosa”: la voz de la Iglesia

viernes, 14 marzo 2014

Quito (Agencia Fides) – Los Obispos del Ecuador han publicado el 13 de marzo una Carta pastoral titulada: “Laicidad y libertad religiosa”. El documento, enviado a la Agencia Fides, está dividido en dos secciones y expresa el pensamiento de la iglesia católica sobre el argumento, muy sentido en el país americano.
En la introdución se afirma: “En nuestro país asistimos –dentro del más amplio fenómeno planetario de globalización– a momentos de especial interés por la diversidad de mentalidades, a un intercambio de conocimientos y a la valoración de las diferentes culturas…” Por tanto, escriben los obispos: “queremos compartir algunos conceptos sobre la laicidad, el Estado laico y la libertad religiosa”.
La primera parte del documento advierte “sobre la confusión entre laicidad y laicismo”. El laicismo busca la “total separación entre el Estado y la Iglesia, sin que ésta tenga título alguno para intervenir sobre temas relativos a la vida y al comportamiento de los ciudadanos”. Según una concepción exacta, “Estado laico no significa Estado 'arreligioso' o, peor, antirreligioso, sino tan sólo 'aconfesional', es decir, que no profesa ninguna confesión religiosa determinada”. Por este motivo, “el Estado no puede imponer la religión, pero sí tiene que garantizar su libertad y la paz entre los seguidores de las diversas religiones; y la Iglesia, como expresión social de la fe cristiana, por su parte, tiene su independencia y vive su forma comunitaria basada en la fe, que el Estado debe respetar”.
En la segunda parte, sobre la libertad religiosa, el documento desarrolla el argumento con mucha claridad: “La libertad religiosa, por consiguiente, no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la tierra. Es una auténtica conquista de progreso político y jurídico, y un elemento actualmente imprescindible para un verdadero Estado de Derecho”. Además se precisa que “El Estado laico está llamado a servir a los ciudadanos y a la sociedad de acuerdo con las características propias de ésta, ya sean culturales, económicas, lingüísticas o religiosas”.
El documento concluye afirmando que “El Estado laico tiene el deber de proteger, garantizar y promover la laicidad y la libertad religiosa, como instrumentos para fortalecer la democracia y la misma sociedad, debido a que estas favorecen una mayor participación de la ciudadanía y ayudan a superar prejuicios ideológicos e injustificadas limitaciones al interior de la sociedad, en un ambiente de mutua amistad y colaboración”. (CE) (Agencia Fides, 14/03/2014)


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