San Salvador (Agencia Fides) – La población indígena de El Salvador continúa sufriendo la pobreza, la falta de atención sanitaria, de agua potable, de educación y de acceso limitado a la tierra y los recursos naturales del país centroamericano. Es lo que se desprende de un documento reciente elaborado por el Relator Especial de Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos de los Pueblos Indígenas. Al no haber datos precisos es difícil determinar un número exacto de indígenas salvadoreños. A esto se suma también el actual proceso de recuperación de su identidad después de la marginación y la persecución que sufrió en los siglos XIX y XX, como las masacres de 1932, conocida como La Matanza, en la murieron unas 30.000 personas.
En 2011, alrededor de 29.044 estudiantes eran indígenas, la mayoría de ellos residentes en los municipios de Izalco (8248) y Nahuizalco (8880) en el departamento de Sonsonate, al oeste del país. También el documento afirma que los datos disponibles sobre la asistencia escolar en estas áreas son alarmantes. A Izalco, por ejemplo, el 19% de los niños y niñas de 7 a 15 años no asiste a la escuela, y el 42% de ellos por razones económicas. Por otro lado, no asisten a la escuela, el 54% de los niños de entre 16 y 18 años de edad, el 41% de ellos por razones económicas.
Asimismo, la situación de la mujer sigue siendo muy precaria. Sufre una grave discriminación y la violencia doméstica repetidamete. El Salvador y Panamá son los únicos países de América Central que aún no han ratificado la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que enfatiza y resalta la importancia de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. El Salvador cuenta con Nahuas, Pipiles, Lencas, Kakawiras y Maya Chortís. (AP) (1/10/2013 Agencia Fides)