AFRICA/COSTA DE MARFIL - Acogida, formación y convivencia de niños y jóvenes marfileños para reconstruir el país

jueves, 15 marzo 2012

Abidjan (Agencia Fides) – Un año después del último conflicto armado en Costa de Marfil, que ha causado más de 3 mil muertos y miles de desplazados, el 40% de los marfileños, más de 8 millones de personas, sobrevive bajo el umbral de la pobreza. La inseguridad, las dificultades para la alfabetización, el desempleo y las heridas que aún no se han cerrado completan el paisaje actual del país. En el mes de abril de 2011, desde Duekoué, el misionero salesiano p. Vicente Grupeli, se dirigía a la comunidad internacional lanzando un apelo para hacer frente a la crisis humanitaria. “En la misión no hay casi alimentos, agua potable y medicinas y la gente tiene miedo de volver a sus casas. Cada día muere una persona, y hay 30 mil desplazados internos que se hacinan en un lugar que tiene capacidad para 8 mil de pie. Duermen en el suelo y no hay servicios higiénicos”
En el patio de la misión, durante el verano, todavía había 15.000 personas. Actualmente los salesianos atienden en Duekoué un colegio para niños de la calle y un centro de formación profesional. En la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús, donde había más de 30.000 personas refugiadas, quedan sólo 1.000
La situación se va 'normalizando' y según los misioneros salesianos el país está intentando volver a la normalidad. Se han abierto escuelas, mercados y servicios públicos. Sin embargo, continúan la violencia y la inseguridad. Además las condiciones de vida aún son inhumanas: el 40% de la población no puede cubrir sus necesidades alimentarias y el 17% de los niños están malnutridos. El 50% de los menores no pueden ir a la escuela, y más de la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años no saben leer ni escribir. Por último, alrededor de 11 millones de personas viven hacinadas en los slums de las grandes ciudades.
Los principales objetivos para la reconstrucción del país son la reconciliación y la convivencia pacífica y para ello son imprescindibles valores como la formación de los jóvenes, que son el futuro de Costa de Marfil. También es fundamental conseguir una integración total y arraigada socialmente de los diferentes grupos étnicos, así como ayudar a las víctimas más afectadas, como las familias.
Para tratar de lograr estos objetivos, Misiones Salesianas ha lanzado la campaña “Una sopa para la paz", para no olvidar las necesidades que aún existen. Los Misioneros pretenden encontrar una “receta” para que acontecimientos y situaciones como los ocurridos hace un año no vuelvan a suceder. Los ingredientes de esta rica “sopa” son la acogida, la formación y la convivencia al mayor número de niños y jóvenes marfileños. (AP) (15/3/2012 Agencia Fides)


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