Organo de informacion de las Obras Misionales Pontificias desde 1927
Tegucigalpa (Agencia Fides) – Honduras es el más pobre de los 7 países de América Central, y aqueja una situación muy grave, especialmente por la violencia contra los niños. De una población de más de 8 millones de habitantes, se registra una tasa de homicidios de 82,1 cada 100 mil. Alrededor del 80% de la población es pobre o muy pobre, cerca del 20% pertenece a la clase media baja y los ricos son pocos, los cuales dirigen la economía y los asuntos del país. El 51%, es decir, más de la mitad de la población hondureña, son niños y todos los días es asesinado por lo menos uno.
En pocos años, en todo el país hubo 7.300 muertes violentas, jóvenes asesinados con un disparo en la cabeza, asesinados por la policía, soldados, guardias de seguridad, traficantes de drogas, en enfrentamientos entre bandas criminales o por la delincuencia organizada. Según los datos publicados por Casa Alianza, una organización internacional no gubernamental que ayuda a niños y niñas en dificultad, cada día 3 personas con menos de 22 años son asesinadas. Algunos menores de 14 años que están involucrados en las maras (bandas organizadas) están tan aterrorizados que tratando de escapar se suicidan.
Hay mucha pobreza, falta la educación, medio millón de niños no están escolarizados, algunos trabajan todos los días desde que tienen 6 o 7 años, aunque la ley dice que nadie puede trabajar antes de los 14 años de edad y no más de 6 horas de trabajo sin peligros. En el país 20 mil niñas de entre 8 y 18 años, son empleadas domésticas y sufren violencia física y moral; 300 mil niños trabajan en las minas, las plantaciones de caña de azúcar, café y en la pesca. 150 mil entre 6 y 14 años, trabaja en actividades de alto riesgo con roles de adultos. Cada año, 100 mil hondureños emigran a los EE.UU., entre ellos 8000 niños que son violados, vendidos, forzados a la prostitución, alejados de sus familias.
Honduras se está convirtiendo en un narcoestado, donde cada día aterrizan dos aviones cargados con cocaína y donde circulan libremente millones de armas que ninguno de los 60.000 guardias de seguridad privada controla. No se pagan impuestos, hay narcotráfico, crimen organizado, falta la instrucción, la sanidad, los servicios sociales. (AP (22/2/2012 Agencia Fides)
