AMERICA/HONDURAS - “Lamentables las condiciones inhumanas de vida y de inseguridad”: el Obispo de Comayagua tras el incendio que ha causado la muerte de 272 detenidos

jueves, 16 febrero 2012

Comayagua (Agencia Fides) – Ya ascienden a 272 las muertes provocadas por el incendio que estalló la noche del 15 de febrero en la cárcel de Comayagua, Honduras. Los heridos y hospitalizados son unos sesenta. Las cifras, proporcionadas por el director de la prisión y los médicos, por desgracia todavía son provisionales, ya que el portavoz de los bomberos ha dicho que aún es imposible determinar con exactitud tanto el número de muertes, como el numero de los posibles evasores. Había 852 reclusos en la prisión.
Cáritas Honduras ha publicado el comunicado del Obispo de la zona, Su Exc. Mons. Roberto Camilleri, OFM, Obispo de la diócesis de Comayagua, documento que también ha firmado el presbiterio de la diócesis, y que hemos recibido en la Agencia Fides. Publicamos a continuación el texto: “La Iglesia católica de la diócesis de Comayagua lamenta profundamente lo ocurrido durante la peor tragedia en la historia de los centros penales de nuestro país... Invitamos a todos, en un esfuerzo común, a aliviar las necesidades más urgentes de los sobrevivientes y familias afectadas. Lamentamos que sea este el tercer siniestro que se da en los centros penales en Honduras, con el agravante que la granja penal de Comayagua era considerada como la cárcel de mayor nivel de seguridad a nivel nacional. Consideramos lamentables las condiciones inhumanas de hacinamiento e inseguridad en la que vive la población penal de nuestro país. Específicamente en el Centro penal di Comayagua, construido para albergar 250 personas, mientras que la población ascendía a 852 prisioneros. Invitamos a las instituciones de la sociedad hondureña a que pidan a nuestras autoridades el garantizar la integridad y la dignidad de los prisioneros, para que no se repita una lamentable tragedia como esta que ha afectado a tantas familias hondureñas.
Pedimos a la comunidad cristiana que eleve sus oraciones al Dios de la vida, para que acoja e introduzca en su gloria a nuestros hermanos fallecidos, y a sus familiares decimos: no estáis solos, Dios os acompaña en estos momentos difíciles” (CE) (Agencia Fides, 16/02/2012)


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