Organo de informacion de las Obras Misionales Pontificias desde 1927
Castel Gandolfo (Agencia Fides) - "Hoy en día vivimos en una era de nueva evangelización. Vastos horizontes se abren a la proclamación del Evangelio, mientras que las regiones de antigua tradición cristiana son llamadas a redescubrir la belleza de la fe. Los protagonistas de esta misión son hombres y mujeres que, al igual que San Pablo, se pueden decir: "Para mí el vivir es Cristo". Estas son las palabras pronunciadas por el Santo Padre, Benedicto XVI, antes de la oración del Ángelus el domingo 18 de septiembre, recitada junto con los peregrinos reunidos en el patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo. Refiriéndose a la carta que San Pablo escribió a los miembros de la comunidad de Filipos, una importante colonia romana en Macedonia, donde Pablo llegó en su segundo viaje misionero, el Papa subrayó que "esta fue la primera vez que el Evangelio llegó a Europa" y que "San Pablo era un hombre que resumia en si mismo los tres mundos: el judío, el griego y el romano. No es casualidad que Dios le confiara la misión de llevar el Evangelio a Asia Menor, a Grecia y luego a Roma, construyendo un puente que habría proyectado el cristianismo hasta los confines de la tierra".
Benedicto XVI puso de relieve que la muerte y resurrección de Jesús es "la buena noticia que, desde Jerusalén, se pretende llegar a todos los hombres y pueblos y a transformar por entero todas las culturas, abriéndolas a la verdad fundamental: Dios es el amor, se hizo hombre en Jesús y su sacrificio ha redimido a la humanidad de la esclavitud del mal lo que supone una esperanza fiable". Por lo tanto, antes de la oración mariana, dijo que "el Evangelio ha transformado el mundo, y todavía lo está transformando, como un río que riega un campo enorme" pidiendo a la Virgen María que "en toda la Iglesia maduren las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicas para servir a la nueva evangelización". (SL) (Agencia Fides 19/09/2011)
