AMERICA/MEXICO - Más de 4.000 trabajadores comprometidos en la pastoral de las cárceles, una misión cada vez más difícil

miércoles, 13 julio 2011

Ciudad de México (Agencia Fides) – La pastoral de las prisiones de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) anunció que el trabajo de los representantes de la Iglesia Católica en las prisiones es cada vez más difícil por la situación que existe dentro de las prisiones y por el miedo que viven los agentes pastorales que denuncian la corrupción, la tortura, el hacinamiento y el maltrato por parte de las autoridades. Si alguno de los agentes de pastoral presenta una queja, es "castigado" prohibiéndole el acceso o favoreciendo otras religiones o creencias (como la destructiva de la Santa Muerte). Donde hay más prisioneros, la organización de la delincuencia es mayor, por esto es urgente un cambio en la política penitenciaria, dijo el director de la Comisión Pastoral de las cárceles de la CEM, Pedro Arellano.
Según la información enviada a la Agencia Fides por la Arquidiócesis de México, Arellano, en la víspera de la 33 ª Encuentro Nacional de pastoral en la prisión, que se celebrará del 18 al 22 de julio en Villa Hermosa, Tabasco, citó el caso en el que a un obispo se le prohibió entrar en una prisión del estado, ya que, según Arellano, se había atrevido a decir que los animales del zoológico estaban mejor alimentados que los presos en su diócesis. En respuesta, el gobernador no le dejó entrar en una prisión durante tres años.
Al encuentro de Villa Hermosa se han inscrito más de 1.000 trabajadores de pastoral, que analizarán la realidad de las prisiones bajo el lema "Discípulos en comunión". "Desafortunadamente, las cárceles en México no son centros de rehabilitación o de re-socialización de los presos, sino más bien tienden a ser centros donde la delincuencia aumenta", dijo Arellano.
La situación es más complicada porque "las características de los internos han cambiado: ahora tenemos que luchar contra la delincuencia organizada, los cárteles de la droga se han apoderado de las prisiones y además del problema de hacinamiento, está la falta de instalaciones y la falta de programas de rehabilitación para personas privadas de libertad". Arellano ha destacado que la Iglesia Católica trabajado duro en 482 de los 489 centros penitenciarios del país, donde hay más de 220.000 presos, y donde más de 4.000 trabajadores de pastoral realizan visitas pastorales al menos una vez a la semana, mientras que "en las cárceles, donde no tenemos un presencia, es sólo porque las autoridades tienen dificultades al ser prisiones de máxima seguridad". (CE) (Agencia Fides 13/07/2011)


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