VATICANO - El amor por la Iglesia en China

sábado, 16 abril 2011

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El amor por la Iglesia en China, probada por el sufrimiento causado por causas internas y externas, ha sido el elemento que ha inspirado a los miembros de la homónima Comisión y que ha guiado su reflexión durante los tres días de trabajo, que se han celebrado del 11 al 13 de abril en el Vaticano.
El Mensaje que la Comisión ha querido dirigir a los católicos chinos, tiene un sabor patrístico. De hecho re-llama a esos valores radicales evangélicos que caracterizan a la Iglesia de Cristo.
Al igual que en el libro de Apocalipsis, se alienta a los cristianos, que viven momentos difíciles y de graves dificultades, a la perseverancia y la fidelidad en Cristo, en comunión con la Iglesia, presidida por el Papa, Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal (cf. CJC, can.333).
Guiados por el Espíritu, los miembros de la Comisión han compartido sus preocupaciones, experiencias y conocimientos de esta delicada situación, con el fin de proporcionar elementos pastorales en un momento de desorientación.
Por lo tanto, han examinado la situación real de las diócesis, reconociendo la necesidad de re-diseñar los ámbitos territoriales y de definir mejor la formación del clero y de los religiosos/as. Esto ha sido reconocido como una prioridad. Aunque no faltan vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, estas iglesias no siempre cuentan con formadores y recursos financieros suficientes.
Con un gran sentido de responsabilidad, la Comisión ha señalado que el diálogo con las autoridades civiles parecen haber sufrido un momento de pausa por la ordenación episcopal de Chengde, a la que tuvieron que asistir como concelebrantes, algunos Obispos, llevados por la fuerza o mediante presiones ilícitas.
Para eliminar cualquier malentendido o confusión que haya podido surgir en sus respectivas diócesis, se ha aconsejado a los Obispos en cuestión el aclarar su posición y profesar una vez más su unión con el Papa, cum Petro et sub Petro. Los fieles, a su vez, deben mostrar su afecto a sus Obispos, apoyándolos con la solidaridad y la oración. Al mismo tiempo se pide que se continúe con paciencia y confianza, el diálogo con las autoridades civiles, contribuyendo de este modo a crear una sociedad que vive en paz y armonía.
El diálogo es tal si se basa en la verdad e los hechos, como en este caso. La Comisión, en nombre de un principio irrenunciable, que es el de la libertad de la Iglesia y de su catolicidad, reitera que el nombramiento de los Obispos corresponde únicamente a la Santa Sede, "porque esta toca el corazón de la vida eclesial". Y reafirma que esta libertad es estrictamente religiosa, que "no interfiere en los asuntos internos de un Estado ni atenta contra la soberanía”.
Por lo demás, no hace otra cosa que reafirmar lo que ya se ha dicho en la Carta que el Santo Padre dirigió a la Iglesia en China en el 2007, en línea también con la homilía del pasado 1 de enero, cuando el Papa defendió la libertad religiosa como algo fundamental para cualquier otro tipo de libertad del hombre. P. Vito Del Prete, PIME (Agencia Fides 16/04/2011)


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