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Gualeguaychú (Agencia Fides) – El Obispo de Gualeguaychú, Mons. Jorge Lozano, comenta cada semana, después de la Santa Misa, un punto del documento “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad (2010-2016)”, documento que los Obispos de Argentina han publicado al finalizar la 96ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Los comentarios de mons. Lozano han sido trascritos, impresos y distribuidos en la comunidad.
El texto de la reflexión sobre Nº. 38, que habla de la necesidad de "aplicar políticas agro-industriales para el desarrollo integral" ha llegado a la Agencia Fides. Mons. Lozano afirma: “No sólo por historia, sino también por presente y futuro nuestro país está ligado al campo y a la importantísima tarea de producción de alimentos. Exportamos alimentos para más de 100 millones de personas. Y aún así hay que seguir dando pasos para que ningún niño padezca desnutrición en Argentina. Esta problemática hace que 6 niños mueran por día a causa de enfermedades vinculadas a la mala alimentación. Una severa injusticia”.
Argentina es una realidad compleja de manejar. Precisamente en los últimos días, en otra provincia del país, en Salta, la Comisión Nacional para la Pastoral Aborigen (ENDEPA) ha rechazado con una declaración cuanto han afirmado las autoridades, que han definido la muerte de 10 niños por desnutrición, como “un problema cultural, no un problema sanitario o social, porque los indígenas no están acostumbrados a ir al hospital" (véase Fides 15/2/2011)
Mons. Jorge Lozano ha añadido en su comentario al documento de los Obispos, el tema de la propiedad de la tierra y el cuidado del medio ambiente: “en las últimas décadas ha habido un proceso de concentración en la propiedad de la tierra, y muchas veces también ha pasado manos extranjeras. Esto ya había sido señalado en un documento de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina en el 2005, llamado ‘Una Tierra para Todos’. Buena parte del crecimiento en los volúmenes de producción agrícola está ligado al uso de productos químicos (fertilizantes, pesticidas, etc.) y semillas transgénicas. Es imperioso un debate científico acerca de los impactos ambientales que esta práctica tiene en algunas regiones del país y como consecuencia elaborar los marcos legales que protejan los suelos de modo adecuado”. Mons. Lozano concluye: “debemos considerar la tierra como fuente de riqueza para todos, en su variedad de implicancias para el hombre y el medio ambiente”. (CE) (Agencia Fides, 22/02/2011)
