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Bogotá (Agencia Fides) – “Agradecidos a Dios por nuestra vocación misionera ad gentes, 52 sacerdotes diocesanos, incardinados en nuestras respectivas diócesis de Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Polonia y España, hemos participado en el “I Encuentro Continental Latinoamericano de sacerdotes misioneros Fidei Donum europeos”, celebrado en Bogotá los días 7-11 de Febrero de 2011,representando al resto de misioneros Fidei Donum que trabajan en todos los países de América al servicio de las comunidades cristianas”: así inicia el documento conclusivo de este encuentro que ha sido promovido por Organismos Episcopales Europeos para América Latina” bajo el patrocinio de la Pontificia Comisión para América latina (CAL) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), con la colaboración del Instituto Teológico para América Latina (ITEPAL).
Los participantes en el encuentro han trabajado para alcanzar los 3 objetivos prefijados: reconocer y compartir la fecunda experiencia misionera de los sacerdotes diocesanos europeos, reafirmar la identidad de la vocación misionera sacerdotal, abrir horizontes a otros hermanos en el sacerdocio, incardinados en las diócesis de América Latina.
El documento conclusivo, después de recordar el objetivo y la finalidad del encuentro, en el segundo punto presenta los 5 diversos ámbitos de la Misión: la formación de agentes de pastoral; desplazados, pastoral rural y mundo indígena; los nuevos grupos religiosos; la pastoral de las grandes urbes; la pastoral de las nuevas generaciones.
El tercer punto se detiene sobre la presencia de sacerdotes de América Latina en Europa, subrayando que en los últimos años se está produciendo un “notable incremento” de sacerdotes procedentes de América Latina que se incorporan a la pastoral ordinaria y específica de las Iglesias particulares en Europa. “Hemos dado gracias a Dios por este hecho eclesial, relativamente novedoso, que expresa el sentido teológico de la cooperación entre las Iglesias, – está escrito en el texto -, a la vez que lamentamos que, en ocasiones, sea considerado como una simple distribución de “efectivos” evangelizadores o por otras razones particulares ajenas a la cooperación eclesial. El Encuentro ha sido ocasión para renovar nuestra convicción de que el envío de un presbítero a otra Iglesia local, como Fidei Donum, no sólo enriquece a la Iglesia de destino, sino también a la de origen. Esta cooperación es memoria permanente de que toda la Iglesia, todas las Iglesias y todos en la Iglesia nos hallamos en ‘estado de misión’. El documento subraya, a quienes parten y a quienes les envían, “la necesidad de un serio discernimiento vocacional misionero, una preparación cultural y social para insertarse adecuadamente en el país de destino, la necesaria formación doctrinal y pastoral antes de su partida, así como la garantía de ser acogidos e insertados en el presbítero de destino”.
El cuarto y último punto, a modo de conclusión titulado “Un camino abierto”, reafirma “la vocación misionera inscrita en la naturaleza de cada una de las Iglesias particulares, sea de Europa, de América Latina o de otro continente”.
El documento termina con estas palabras: “Aún en la conciencia de la temporalidad de la experiencia misionera de los sacerdotes Fidei Donum, nos comprometemos a animar a nuestras Iglesias de origen para que nunca se apague el fuego de la misión como fuente de renovación espiritual y pastoral, y al mismo tiempo solicitamos a las Iglesias del continente latinoamericano que nos estimulen en este sentido, indicándonos a cada instante las nuevas urgencias, desafíos y fronteras de nuestra posible cooperación misionera”. (CE) (Agencia Fides, 16/02/2011)
