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Ciudad de México (Agencia Fides) – Una delegación de Obispos mejicanos viajará a Colombia para conocer las acciones que la Iglesia Católica colombiana llevará a cabo en favor de la paz, contra la violencia del crimen organizado y la guerrilla: lo ha anunciado hoy la Comisión Episcopal para la Pastoral Social de México (CEPS). La Comisión ha explicado en un comunicado enviado a la Agencia Fides, que la idea es unir el trabajo pastoral para la no violencia y la consolidación de la paz. La delegación mejicana asistirá a una reunión de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Colombiana, que se celebrará del 7 al 11 de febrero en Bogotá, y tendrá como tema central "La Pastoral para la Paz”.
La XC Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Colombia analizará las diferentes causas del conflicto armado actual, tales como los costes humanos, éticos, psicológicos, religiosos y económicos de esta tragedia que vive el país. "De esta manera, la delegación de México podrá conocer la respuesta de la Iglesia en Colombia para promover la paz y contra el crimen organizado y la guerrilla que está presente en este país", subraya la nota.
La delegación mejicana se compone de los Obispos de las zonas afectadas por la violencia en México y por miembros de la Comisión de Pastoral Social (CEPS). Entre los Obispos que viajaran a Colombia están el Arzobispo de Acapulco, Mons. Carlos Garfias Merlos; el Obispo de Nuevo Laredo, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, y el Obispo auxiliar de Morelia, Mons. Carlos Suárez Cázarez. De la CEPS irá el Secretario Ejecutivo el padre Armando Flores Navarro, Adalberto Saviñón (consejero) y el Director de las comunicaciones sociales, Alberto Arciniega Rossano.
La situación de violencia que vive México es conocida desde hace tiempo, sobretodo en el norte del país, donde los sacerdotes deben cambiar incluso el horario de las celebraciones para permitir a los fieles reunirse sin correr riesgos (véase Fides 13/11/2010). Fuentes locales de la Agencia Fides, que por razones de seguridad no pueden ser citados, muestran que muchos sacerdotes son chantajeados o amenazados porque ayudan a la gente que más lo necesitan, mientras que otros sacerdotes deben permanecer en silencio frente a su comunidad cuando se ven amenazados por presuntos miembros o que pertenecen abiertamente a los clanes o bandas (CE) (Agencia Fides, 04/02/2011)
