AMERICA/BRASIL - Las "nuevas fronteras" de trabajo infantil en el Forum Social Mundial de Dakar

viernes, 4 febrero 2011

Sao Paolo (Agencia Fides) - El Forum Social Mundial (WSF) regresa a África, en Dakar (Senegal) para celebrar el 11º edición del 6 al 11 de febrero de 2011. La presencia en el WSF 2011 de las asociaciones que trabajan para combatir las peores formas de trabajo infantil es un testimonio fundamental para volver a pensar en las estrategias para la creación de "Otro mundo es posible”. Según una nota enviada a la Agencia Fides por Raffaele Salinari, Presidente de la Federación Internacional Terre des hommes, y por Cristiano Morsolin, trabajador de redes internacionales para la defensa de los derechos de los niños/as y de los adolescentes, que desde hace diez años trabaja en América Latina, los números de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hablan claro: más de 300 millones de niños entre 5 y 14 años son explotados por las "peores formas" de trabajo infantil, lo que significa muerte prematura o mutilaciones irreversibles.
No es ningún secreto que las economías de los países pobres explotan el recurso de los niños hasta el agotamiento para hacer sobrevivir a las familias, y que la diversidad de la localización de los procesos de producción pone en competencia unos con otros precisamente a los países más pobres, obligándolos a bajar el precio del trabajo y por lo tanto también la edad de los trabajadores.
En Brasil, el trabajo infantil sumergido, es decir, las fábricas clandestinas que, especialmente en el sur, cosen vestidos en sótanos húmedos, o la explotación de la prostitución infantil, de la mendicidad, o los niños como agentes de la delincuencia organizada, son todos fenómenos en crecimiento y de los cuales sólo se habla en términos de represión. El país se ha convertido, en los últimos años, en un centro de distribución de la prostitución infantil europea, que se alimenta del tráfico de personas del Este de Europa o de las costas de África junto con la mano de obra clandestina "adulta", las armas y las drogas. Este business se calcula sobre los beneficios del orden de tres mil millones de euros cada año. Así que no sólo existe la explotación del trabajo infantil, sino que además estas formas extremas son muy superiores a las "clásicas" del trabajo como mano de obra agrícola o en la construcción. La economía liberalista ha ampliado el alcance de la explotación del trabajo hasta incorporar dentro de sí esas "zonas grises" de la economía criminal que abarcan un amplio espectro de nuevas formas de explotación infantil: la pornografía en Internet, la explotación sexual en terceros países a través de viajes organizados, los trasplantes clandestinos de órganos y los niños soldados.
Son las "nuevas fronteras" del trabajo infantil, en constante crecimiento, como lo demuestran las estadísticas y las crónicas que nos ofrecen cada vez más frecuentemente episodios de niños con los que se trata y o que se venden incluso antes de nacer. No hay guerra en África, Asia o América Latina, donde los ejércitos irregulares no empleen niños soldados. Las estadísticas, por defecto, sobre la utilización de niños en la industria del sexo, hablan de dos millones de menores sólo en Asia, y un número similar provenientes de Europa del este para América. Hablar hoy de trabajo infantil significa revisar por completo nuestras perspectivas, el mismo concepto de Derecho del Trabajo, significa ampliar las herramientas de protección contra estas nuevas formas de barbarie, que están completamente fuera del conocimiento del público en general y de la legislación laboral. (SL) (Agencia Fides 4/02/2011)


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