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Caracas (Agencia Fides) – “La fiesta de San Sebastián es para todos nosotros una invitación de gran actualidad a reasumir con decisión el compromiso cristiano de dar testimonio de Jesucristo en medio de las realidades en las que nos encontramos inmersos”: es la exhortación de Su Exc. Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo, Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, pronunciada durante la Santa Misa que ha presidido en la Catedral de San Cristóbal el 20 de enero, en ocasión de la fiesta de San Sebastián. Con el Arzobispo han concelebrado Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, y Mons. Luis Márquez, Obispo Auxiliar de Mérida, junto con numerosos sacerdotes del clero local.
“Cuándo se habla de los mártires y del martirio se tiende a pensar que esta forma de expresar la fe es cosa del pasado. Sin embargo no es así” ha dicho el Arzobispo en su homilía, enviada a la Agencia Fides desde la oficina de comunicación social de la diócesis. Mons. Santana ha recordado como, según algunos estudios históricos, en los dos milenios de cristianismo han sido mártires, a causa de su fe en Jesucristo, al menos 70 millones de cristianos, de los cuales 45 millones y medio solo en el siglo XX. “La gran mayoría de esos mártires contemporáneos – ha proseguido - fueron sacrificados por odio a la fe cristiana en distintas partes del mundo y bajo diversos tipos de regímenes: el comunismo de la Unión soviética, el nazismo alemán, las dictaduras militares centro y suramericanas y los gobiernos anticlericales de México. Hoy en día ocurren en el continente asiático y africano provocados por los fundamentalismos seudo religiosos atizados por el odio y el fanatismo racial”.
Mons. Santana ha puesto de relieve las decisiones del segundo Sínodo de la Iglesia local, que llama a la renovación en espíritu y en verdad, para ser testigos valientes del Señor, con la fuerza del Espíritu Santo. “La Iglesia de hoy necesita cristianos que sean testigos valientes del Señor” ha subrayado el Arzobispo, “Testigos que ante tanta mentira, injusticia y corrupción puedan responder al grito de los jóvenes y de los pobres que le preguntan a la Iglesia como el salmista: ‘¿Dónde está tu Dios’”.
Al concluir su homilía, Mons. Santana ha exhortado a todos a “tomar en serio nuestra condición cristiana” y a “imprimir más fuerza y dinamismo a nuestra vida de fe”, porque “no basta llamarse cristianos católicos, Hay que vivir como tales, Y esa vida se debe reflejar en nuestras conductas personales, familiares, sociales, económicas y política. Nuestro pueblo tiene hambre y sed de Dios. Quiere menos palabras y más realizaciones. El testimonio evangélico que está esperando de nosotros es un compromiso más serio y coherente con los pequeños, con los pobres, con los excluidos, con los que sufren toda clase de maltratos y humillaciones en su cuerpo y en su alma. Está esperando un trabajo más consistente por la paz, la justicia, los derechos humanos, la convivencia fraterna, el desarrollo integral del hombre”. (SL) (Agencia Fides 22/01/2011)
