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Ciudad del vaticano (Agencia Fides) – En su mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, el 1 de enero de 2011, Benedicto XVI asigna a la libertad religiosa "una misión histórica y profética" para que la humanidad pueda vivir en paz y serenidad.
El Papa extiende la mirada a la situación mundial, especialmente en los países del Oriente Medio, que han sido teatro de guerras, donde no se ha alcanzado la paz que se esperaba a través de la intervención armada. De hecho, continúan a sufrir una violencia sin precedentes, deliberadamente provocada por la discriminación y la intolerancia religiosa, que se convierte en persecución. De hecho, en algún lugar existe, el diseño no demasiado oculto, de eliminar los signos del cristianismo y la comunidad cristiana del país.
Pero su mirada se extiende también a esa persecución sutil, realizada a través de la marginación, en los países occidentales, donde en el nombre de una malentendida laicidad del Estado, la religión, y especialmente el cristianismo, es tolerada malamente como un asunto privado, de hecho debe pedir la legitimidad de su propia existencia.
El Papa insiste en que sin la libertad religiosa no puede haber un camino que conduzca a la paz. Porqué la paz es ese derecho fundamental del hombre, del cual surgen todos los demás derechos humanos. Desafortunadamente, aunque está reconocido por la ONU y por la governance mundial, es un derecho que se niega en muchos estados de África y Asia.
Si se desea la paz, hay que conseguir que el derecho de elegir y profesar la propia fe sea garantizo a todo ser humano. Las instituciones políticas mundiales, los responsables de las Naciones, los líderes religiosos, deben comprometerse con la promoción y protección de la libertad religiosa, porque hoy es "un arma real y el camino de la paz”. (18/12/2010) (P. Vito del Prete, Director ad Interim del la Agencia Fides)
