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Santa Rosa de Osos (Agencia Fides) – La diócesis de Santa Rosa de Osos en Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia publicaron un comunicado en el que manifiestan su firme condena por el atentado contra la casa del Obispo de Santa Rosa de Osos, Mons. Jairo Jaramillo Monsalve. En las primeras horas de la mañana del 10 de junio un artefacto explotó delante del Obispado dañando parte de la fachada.
En el comunicado, enviado a la Agencia Fides, se puede leer: “Estos actos se consideran como un atentado directamente contra la Iglesia, quien ejerce su ministerialidad desde su misión profética que incluye el anuncio y la denuncia de la compleja situación que vive el país y de manera particular la Diócesis de Santa Rosa de Osos”.
Más adelante el texto afirma que “Los Sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Osos lamentan y rechazan enérgicamente estas expresiones de violencia que de ninguna manera favorecen los esfuerzos que se hacen en favor de la paz, el respeto y el diálogo”.
La diócesis de Santa rosa de Osos, instituida en 1917, actualmente comprende 29 municipalidades que abarcan las regiones del Norte, Noreste y del Bajo Cauca, con un total de 80 comunidades parroquiales y unos 550,000 habitantes en 22 mil km2.
En otra zona de Colombia, al centro del país, Mons. Camilo Fernando Castrellón Pizano sdb, Obispo de Barrancabermeja, dio a conocer un comunicado en el que rechaza enérgicamente las amenazas contra el “Servicio de Jesuitas a Refugiados” y otras organizaciones comprometidas con la tutela de los derechos, del trabajo y del respeto social. El Obispo recuerda como Dios es “es el único Señor de la vida” y cita algunos textos de Juan Pablo II en los que se recuerda la inalienabilidad de los derechos humanos y la inaceptabilidad de la violencia. El diálogo, siempre en referencia a las palabras del Pontífice, es la única solución para vivir socialmente.
La Conferencia Episcopal de Colombia ha publicado la noticia en su página web, citando esta parte del comunicado de Mons. Camilo Fernando Castrellón Pizano: “Considero, no sólo un error gravísimo, sino una tremenda equivocación la de aquellos, que con el poder de las armas, quieren intimidar a personas, instituciones y comunidades e imponer sus puntos de vista, como los únicos válidos, desconociendo el respeto por la dignidad de la persona humana, los derechos humanos y, por lo tanto, el derecho a la diversidad, a pensar y a opinar de manera diferente”. (CE) (Agencia Fides, 11/06/2010 – líneas: 30; palabras: 426)
