ASIA/IRAQ - Hacia la Navidad entre derechos negados, violencia, dolor, miedo: entrevista de la agencia Fides a Su Exc. Mons. Shlemon Warduni, Obispo Auxiliar Caldeo de Bagdad

jueves, 17 diciembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “En un clima de inseguridad e ilegalidad en Irak, se quiere golpear a la comunidad cristiana. A todos los cristianos del mundo decimos. No nos abandonéis”: es el apelo confiado a la Agencia Fides de S. Exc. Mons. Shlemon Warduni, Obispo Auxiliar Caldeo de Bagdad, que ha llegado al Vaticano para el encuentro con Benedicto XVI. En su viaje a Europa, Mons. Warduni pide solidaridad y ayudas concretas de las instituciones cristianas para la reconstrucción y la restauración de iglesias y edificios pastorales de Bagdad, dañados por los atentados de los meses pasados. Fides le ha dirigido algunas preguntas.
¿Cómo es la situación actual de la comunidad cristiana en Irak?
Nuestra situación despierta preocupación y dolor. El contexto es conocido: desde hace años Irak está trastornado por guerras internas y externas, que han privado a la población de la paz y los servicios sociales de base como la salud y la instrucción. Las consecuencias de la última guerra y la ocupación militar son trágicas: la inestabilidad política y la ingobernabilidad ha engendrado miseria y destrucción. Por esto muchos cristianos - junto con millares de otros ciudadanos - han tenido que dejar el país. Hemos perdido cerca de un tercio de nuestra comunidad. Es una tragedia de vastas dimensiones, que tiene que mostrarse a los ojos del mundo.
¿Habéis notado mejorías en el último año? ¿Qué esperáis de las nuevas elecciones?
El punto es que la falta de planificación política ha engendrado el proliferar del terrorismo, que hoy tiene su agenda y desestabiliza el país. Faltan legalidad y seguridad, el gobierno es débil y las elecciones (aun no fijadas con certeza) tendrán que dar una giro partiendo de estas urgencias, de otro modo no servirán a nada. Mientras tanto los atentados contra las iglesias y los ataques contra los cristianos continúan: en las últimas dos semanas se han verificado explosiones en tres iglesias de Mosul, por no hablar de Bagdad, dónde hace tres meses un coche bomba delante de una iglesia ha matado a dos jóvenes, herido a 30 de ellos, causando además tanta destrucción material. La tranquilidad es una pequeña pausa entre dos atentados.
¿Qué sienten y que piensan los cristianos iraquíes?
Estos episodios inciden muy negativamente en los cristianos. Siembran miedo y nos privan de la esperanza. No es cuestión de “limpieza étnica” pero, mirando la situación en conjunto, hay un diseño que quiere golpearnos. Colocar diez bombas contra las iglesias en el mismo día tiene un sentido preciso de intimidación. El miedo y el desaliento, que circulan en la comunidad, provocan la dispersión de los fieles que, con razón, temen por su vida y por sus familias.
¿Cómo juzga la propuesta de reunir todos los cristianos iraquíes en el territorio de la Meseta de Nínive?
Es un proyecto absurdo e insensato. Significaría reducir a los cristianos a un gueto, meterlos en una jaula, aplastarlos en el conflicto entre árabes y kurdos. Cristo nos ha dicho de anunciar la Buena Noticia a todo el mundo: nosotros estamos llamados a ser sal, luz y levadura para la nación. No pueden confinarnos en un único territorio sobre la base de la pertenencia religiosa.
¿Qué pedís al gobierno?
Pedimos al gobierno de localizar, perseguir y prevenir a los terroristas. Pedimos protección. Sólo queremos nuestros derechos: Irak es nuestra nación, somos ciudadanos iraquíes como los demás. Estamos en Irak del siglo I después de Cristo, cuando Santo Tomas pasó a predicar en nuestra tierra. Estamos en Irak desde 600 años antes que los musulmanes. No pedimos ningún trato de favor, sino sólo el respeto de la dignidad, de nuestra libertad y de los derechos fundamentales: vivir en paz, anunciar el Evangelio y contribuir a construir nuestra nación.
¿Qué llamamiento dirige a la comunidad internacional?
A la comunidad internacional pedimos un apoyo más fuerte y decidido. Apremia una presión fuerte por parte de los gobiernos occidentales para estabilizar el cuadro iraquí y restablecer legalidad y seguridad. Los gobiernos que promueven la democracia y los derechos humanos, listos a tutelar sus intereses económicos en Irak, deberían comprometerse para desarraigar el terrorismo y promover paz y legalidad en Irak.
¿Cómo os preparáis a vivir la Navidad?
Navidad será un momento crítico: durante todas las mayores festividades cristianas se verifican atentados y crece el clima de intimidación. Nuestra comunidad católica es ferviente, pero la gente tiene miedo de venir a la Iglesia. Esperamos que Dios nos done la paz y nos ayuda a celebrar con ánimo la fiesta de la Santa Navidad.
¿Qué les pedís al Papa y a todos los cristianos del mundo?
De sostenernos, de no abandonarnos a nosotros mismos, de levantar la voz para defendernos en la comunidad internacional. A todos los creyentes en Cristo del mundo, decimos: rezad y ayudad a las víctimas de la violencia, de la guerra y del terrorismo. Recordad a la población atormentada de Irak que sufre desde hace muchos años. El Santo Padre, que he encontrado ayer, me ha asegurado su oración y el sostén por Irak y todos los iraquíes. (PA) (Agencia Fides 17/12/2009)


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