VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Baviera - "He venido aquí ante todo para expresar el vivo sentimiento de gratitud que experimento hacia todos los que han contribuido a formar mi personalidad, pero estoy aquí también como Sucesor del apóstol Pedro, para reafirmar y confirmar los profundos lazos de unión que existen entre la Sede de Roma y la Iglesia en nuestra Patria"

lunes, 11 septiembre 2006

München (Agencia Fides) - "He venido aquí ante todo para expresar el profundo reconocimiento que experimento hacia todos los que han contribuido a formar mi personalidad en las décadas de mi vida. Pero estoy aquí también como sucesor del apóstol Pedro para reafirmar y confirmar los profundos lazos que existen entre la Sede de Roma y la Iglesia en nuestra Patria" Con estas palabras ha explicado el Santo Padre Benedicto XVI los motivos de su viaje apostólico en Baviera, durante la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional de München, a primera hora de la tarde del sábado 9 de septiembre. El Santo Padre fue acogido por el Presidente de la República Federal de Alemania, S.E el Sr. Horst Köhler, la Canciller Federal, S.E la Señora Angela Merkel, el Ministro Presidente de Baviera, S.E el Sr. Edmund Stoiber, el Arzobispo de München und Freising, el Card. Friedrich Wetter, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania y Obispo de Mainz, el Card. Karl Lehmann, y numerosas Autoridades eclesiásticas, políticas y civiles. Después del saludo del Presidente Federal, el Papa ha dicho durante su discurso: "Con profunda emoción piso por primera vez después de mi elevación a la cátedra de Pedro tierra alemana bávara. Vuelvo a mi Patria, entre mi gente, con el programa de visitar algunos lugares que han tenido una importancia fundamental en mi vida".
El Papa ha recordado después la estrecha unión "que tienen una historia secular", entre la Sede de Roma y la Iglesia de las regiones bávaras, basada en la "firme adhesión a los valores de la fe cristiana", y se ha manifestado consciente de que "el contexto social actual bajo muchos aspectos es diferente del pasado". Su visita quiere también ser por lo tanto un estímulo para que "todos mis compatriotas en Baviera y en la toda la Alemania participen activamente en la transmisión a los ciudadanos del mañana de los valores fundamentales de la fe cristiana, que sostiene a todos y no divide, sino que abre y acerca a las personas pertenecientes a pueblos, culturas y religiones diferentes".
Después de la ceremonia de bienvenida, el Santo Padre llegó a Marienplatz de München para la Oración ante el "Mariensäule", Columna de la Virgen. En su discurso, el Papa Benedicto XVI ha recordado la leyenda de San Corbiniano, de quien fue sucesor como Arzobispo de Mónaco y Frisinga, según la cual "un oso habría despedazado al caballo del santo durante su viaje por los Alpes. Corbiniano le reprendió duramente y, como castigo, le cargó con todo su equipaje hasta llegar a Roma. De este modo, el oso, cargado con el fardo del santo, tuvo que caminar hasta Roma y sólo entonces Corbiniano le dejó en libertad". El Papa ha recordado que en 1977, ante la elección de aceptar el nombramiento como Arzobispo de Mónaco y Frisinga que lo alejaba de la actividad universitaria, tuvo ocasión de reflexionar mucho. "Y precisamente entonces me acordé de este oso y de la interpretación de los versículos 22 y 23 del Salmo 72 [73] que san Agustín, en una situación muy parecida a la mía en el contexto de su ordenación sacerdotal y episcopal desarrolló y, posteriormente, expresó en sus sermones sobre los Salmos."
Agustín ha visto en la expresión del Salmista “estaba ante ti como un animal” (iumentum en latín) una referencia al animal de tiro que entonces se usaba en el Norte de África para trabajar la tierra, y reconoció en este "iumentum" a si mismo como bestia de tiro de Dios, se vio como uno que está bajo el peso de su cargo. "Con el telón de fondo de este pensamiento del obispo de Hipona- ha continuado el Santo Padre -, el oso de san Corbiniano me alienta siempre de nuevo a realizar mi servicio con alegría y confianza -hace treinta años y también hoy, en mi nuevo encargo-, pronunciando día tras día el «sí» a Dios: me he convertido para ti como en un animal de tiro, pero de este modo yo estoy siempre contigo”.
Al término del discurso, el Santo Padre pronunció la oración a la "Santa Madre del Dios" que recuerda como el pueblo bávaro recurrió a la intercesión de Maria en un período de tribulación, e invocó la intercesión de Maria con estas palabras: “Enséñanos - grandes y pequeños, dominadores y siervos - a vivir de este modo nuestra responsabilidad. Ayúdanos a encontrar la fuerza para la reconciliación y para el perdón. Ayúdanos a ser pacientes y humildes, pero también libres y valientes, como lo has sido Tú en la hora de la Cruz." (S.L) (Agencia Fides 11/9/2006 - Líneas: Palabras:


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