AFRICA - La fuga de los “cerebros”: un mal poco conocido de África. Cada año, más de 70.000 científicos, médicos y técnicos dejan el continente para trabajar en Occidente

miércoles, 5 julio 2006

Roma (Agencia Fides) - No sólo metales y piedras preciosas, minerales estratégicos, petróleo, maderas preciosas, plantas y animales exóticos, sino también “cerebros”, personas instruidas y capaces. África sigue proporcionando al resto del mundo, la mayor parte de las veces a precios irrisorios, riquezas inmensas, indispensables para el desarrollo de las naciones más avanzadas.
Un viejo problema que hunde sus raíces en el colonialismo y antes todavía, en la era del mercantilismo, pero que tiene aspectos nuevos y poco conocidos. Uno de estos es la llamada “fuga de los cerebros”, personas por lo general jóvenes y capaces, que en lugar de permanecer en sus países prefieren encontrar un trabajo en el extranjero. Según una reciente encuesta de las Naciones Unidas, cada año más de 70.000 africanos altamente cualificados dejan el continente, atraídos por los denominados programas de “inmigración selectiva” iniciados por diversos países occidentales.
Se trata de un fenómeno que priva a África de sus mejores talentos, y que contribuye no poco a mantener a la mayor parte de los Estados del continente en la espiral viciosa del subdesarrollo y la pobreza.
Si el fenómeno de la emigración a los países occidentales no es nuevo, lo que despierta estupor es la dimensión que esta situación ha tomado durante los últimos años. El número de profesionales africanos emigrados al exterior se ha triplicado en los últimos cuarenta años, con fenómenos paradójicos como el descubrir que en los Estados Unidos hay más médicos nigerianos que en la misma Nigeria.
La fuga de los cerebros es particularmente grave en los sectores científicos y tecnológicos, ya que los países africanos se ven obligados a llenar los vacíos provocados por la falta de personal cualificado local, recurriendo a sociedades y técnicos occidentales, en perjuicio de la balanza de pagos y agravando la deuda exterior. El personal extranjero además no puede, la mayor parte de las veces, responder a las efectivas exigencias del territorio y de la población local, limitándose a aplicar soluciones standards , concebidas para otros ámbitos.
Bajo acusación por la fuga de cerebros, están aquellos programas que permiten reclutar jóvenes diplomados provenientes del mundo entero, permitiéndoles terminar su especialización en occidente y tener una primera experiencia de trabajo. En sí se trata de programas laudables que permiten elevar el grado de instrucción de los mejores jóvenes africanos, pero raramente estas personas deciden regresar a su país de origen, seducidas por el alto nivel de vida de los países de acogida.
Para afrontar este fenómeno, la Unión Africana ha dado inicio a un programa dirigido a la mejora de la instrucción, mientras que las Naciones Unidas han creado un sistema de incentivos para los profesionales africanos que quieren permanecer en su país. Hasta ahora sin embargo estos programas no han tenido éxito. El problema de fondo es siempre la necesidad de construir administraciones estatales eficaces, no corruptas, que combatan los favoritismos fundados sobre la pertenencia tribal y étnica. (LM) (Agencia Fides 5/7/2006 Líneas: 39 Palabras: 518)


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