ASIA/INDONESIA - Tras el terremoto de Java, el trabajo incansable de los voluntarios de la diócesis de Semarang

martes, 6 junio 2006

Yoyakarta (Agencia Fides) - Una semana después del terremoto que sacudió la isla de Java afectando sobre todo a la ciudad de Yoyakarta, se cuenta mucho más con las ayudas de los organismos privados que con las del Gobierno. En los primeros días tras el desastre (que ha provocado 6.000 muertos, 30.000 heridos, 350.000 prófugos), las organizaciones no gubernamentales, las asociaciones privadas, las ayudas espontáneas de los voluntarios consiguieron taponar la emergencia, y ahora continúan activas junto a las grandes organizaciones internacionales que han movido sus recursos (el Alto Comisariato ONU para los Refugiados, el Programa Alimentario Mundial de las Naciones Unidas, la Fao).
Mientras la Caritas local y numerosas realidades católicas prestarán sus servicios a los refugiados, gracias al conocimiento y al arraigo en el territorio. El Padre Mulyatno, de la diócesis de Semarang, coordinador de las ayudas de la Iglesia local, nos ha dicho: “Se trabaja incansablemente, los cristianos al lado de los musulmanes. La solidaridad no tiene límites ni identidad de religión: se trata de realizar un servicio a la humanidad que está en el dolor. Estamos visitando las áreas afectadas y proporcionando ayudas gracias a la inmensa contribución de voluntarios llegados de todas partes de Indonesia y del extranjero. Estamos afrontando la emergencia de modo digno, con buenas respuestas. Cierto, las necesidades son muchísimas, tanto en los hospitales como en los campos de refugiados y quién sabe por cuanto tiempo seguiremos en necesidad. Sobre todo veo a la gente todavía bajo estado de shock y atemorizados, mientras que la actividad creciente del volcán Merapi continua asustando a la población, ya fuertemente probada por el terremoto”.
Además de las ayudas materiales, el Padre Mulyatno recuerda la importancia de la ayuda internacional y de la oración. También Mons. Ignatius Suharyo, Obispo de la Diócesis de Semarang, se encuentra en Yayakarta para llevar consuelo y solidariedad a la población. “En las celebraciones de la Santa Misa, que con frecuencia se tiene en el exterior, entre los escombros, rezamos por las víctimas y por sus familias. Ponemos este inmenso dolor entre las manos de Dios”, dice el Padre Mulyatno. “Indonesia, golpeada recientemente por tantos desastres naturales, atraviesa un periodo difícil. Pero estoy convencido de que saldremos adelante con valentía y fuerza de animo. Nosotros, cristianos, tratamos de hacer todo lo que podemos”.
En Java la Comunidad de San Egidio abrió un Centro de primeros auxilios en la aldea de Klaten, constituido por una gran tienda de campaña detrás de una Iglesi. Evelin, voluntaria de San Egidio, explica que se ha elegido ir a una aldea, uno de los lugares donde tal vez las ayudas llegan con más dificultad”. En efecto, la amplitud de las áreas destruidas y así como las dificultades de acceso, debido a la interrupción de las vías de comunicación, hacen difícil hacer llegar las ayudas a muchas zonas. El Centro distribuye más de 1000 comidas al día, que los voluntarios llevan a las familias de los refugiados en la zona. (Agencia Fides 6/6/2006 Líneas: 40 Palabras: 515)


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