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Cabo Delgado (Agencia Fides) - Ciclones, inundaciones, sequías, medios de subsistencia destruidos, precios de los alimentos en constante aumento y servicios básicos escasos. Este es el dramático escenario del norte de Mozambique, pero también del resto del país, al que se suman noticias de asesinatos, secuestros y violencias sexuales. Los niños son los más afectados, objeto de reclutamiento forzoso. Las mujeres son víctimas especialmente de violencia doméstica y sexual, las personas con discapacidad y los ancianos han tenido dificultades para huir durante los ataques y algunos han sido abandonados. Muchos de los desplazados sufren un profundo malestar psicológico y necesitan urgentemente apoyo psicosocial.
«La situación en Cabo Delgado está fuera de control desde hace ocho años», cuenta a la Agencia Fides una fuente que ha solicitado el anonimato por motivos de seguridad y que ha confirmado una violencia inaudita y una situación de verdadera emergencia humanitaria.
En 2025, la violencia se ha intensificado rápidamente. A finales de agosto, se registraron más de 500 incidentes que afectaron a la población civil, entre ellos incursiones en aldeas, secuestros, asesinatos, saqueos y destrucción de viviendas e infraestructuras. «Todo lo que ha aparecido en la prensa local hasta la fecha es pura realidad. Hay mucho que decir, pero aquí, cuando se habla o se dice la verdad, si no te disparan, te matan con veneno u otros medios», señala la fuente.
«Entre las víctimas declaradas en los últimos meses se encuentra el sobrino del primer presidente de Mozambique independiente, Machel Samora, porque era alguien que quería entrar en política con las manos limpias. Fue encontrado muerto en una zona abandonada de Maputo» continua.
«La situación no es nada buena», insiste la fuente, que concluye confirmando una realidad de enorme sufrimiento. «Todos estamos sufriendo un poco debido a una economía cada vez más precaria, la corrupción, la sequía, los medios son los que son. Incluso ir al hospital a veces significa ir a morir. Aquí hay gas, hay rubíes, diamantes, en algún lugar hay oro, hay arenas pesadas, todo lo que se quiera, pero no se tienen en cuenta las repercusiones que todo esto tiene dentro de estos países aún poco desarrollados».
La insurrección islamista en Mozambique comenzó en 2017 y mantiene una situación extremadamente tensa, con más de 6.000 muertos y más de 1,3 millones de desplazados. El contexto político, social y económico es igualmente grave desde que Daniel Chapo, secretario general del partido gobernante Frelimo, fue elegido presidente (véase Agencia Fides 14/1/2025).
(AP) (Agencia Fides 7/11/2025)