Enugu (Agencia Fides) – En un ambiente de profunda alegría, la ciudad de Enugu, Nigeria, ha celebrado el centenario del Bigard Memorial Seminary, institución clave en la formación de sacerdotes nigerianos. Fundado hace 100 años, este seminario lleva el nombre de Jeanne Bigard, cofundadora de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, creada para apoyar la formación de seminaristas y sacerdotes en tierras de misión. Actualmente, 780 seminaristas estudian filosofía y teología en sus aulas, continuando así a contribuir en la formación de nuevos sacerdotes para la Iglesia nigeriana.
A lo largo de su historia, el seminario ha formado a 4 cardenales, 14 arzobispos y 37 obispos, además de numerosos sacerdotes que sirven en diversas partes del mundo. Entre ellos destaca el arzobispo Fortunatus Nwachukwu, actual Secretario del Dicasterio para la Evangelización, Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, quien se graduó en Teología en este seminario. Durante la solemne Misa de celebración presidida hoy, 21 de noviembre, por monseñor Nwachukwu en la iglesia del Bigard Memorial Seminary, 40 nuevos diáconos han sido ordenados. En su homilía, el arzobispo ha destacado que estos diáconos son el “fruto del buen trabajo” de la institución.
El del diácono, ha recordado el Secretario del Dicasterio Misionero, es “un servicio que encuentra sus raíces en la Biblia”. En el Antiguo Testamento, de hecho, en el libro de los Números se lee cómo “el servicio del altar fue confiado a los hijos de Leví”, mientras que en el Nuevo Testamento, el libro de los Hechos “narra el origen de un servicio similar en los primeros tiempos de la Iglesia”. Pero “a diferencia de los levitas, Esteban y sus compañeros no llegaron a ser diáconos por genealogía humana. Fueron elegidos, es decir, escogidos por Dios… en respuesta a las quejas de discriminación basadas en el origen étnico dentro de la Iglesia”.
De hecho, al principio del capítulo 6 de los Hechos de los Apóstoles se lee: “En aquellos días, a medida que aumentaba el número de los discípulos, surgió un descontento entre los helenistas contra los judíos, porque sus viudas estaban siendo desatendidas en la distribución diaria. Entonces los Doce convocaron al grupo de discípulos y les dijeron: ‘No está bien que descuidemos la palabra de Dios por el servicio de las mesas. Por eso, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, a quienes confiaremos esta tarea. Nosotros, por nuestra parte, nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra’. A todo el grupo le gustó esta propuesta, y eligieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Luego los presentaron a los apóstoles, quienes, después de orar, les impusieron las manos”.
“También vosotros –ha subrayado el arzobispo Nwachukwu- seréis enviados a una Iglesia y a un mundo que todavía hoy se enfrentan a retos similares de prejuicios y discriminación basados en orígenes o afiliaciones étnicas, tribales o raciales. Por ello, les insto a tener presentes las palabras que el Papa Francisco dirigió a los sacerdotes y religiosos nigerianos en Roma el pasado 25 de marzo, cuando Su Santidad les invitó a 'adoptar como propio el estilo de Dios de cercanía, compasión y amor tierno'”.
Como “Esteban y sus compañeros, por la ordenación diaconal sois elevados a un pedestal en el que ya no os define vuestra ascendencia étnica o genealógica, como a los levitas, sino la elección de Dios. Más tarde, vuestra ordenación sacerdotal según el orden iniciado por Melquisedec, que no tenía genealogía humana, hará que esta nueva identidad esté aún más definida”, ha añadido el Secretario del Dicasterio para la Evangelización.
Para el Arzobispo, “un diácono elegido y ordenado como Esteban y sus compañeros, así como un sacerdote ordenado según el nuevo orden de Melquisedec, ya no puede razonar ni actuar según su propia genealogía humana. Se convierte, por así decirlo, en desarraigado de la tierra y levantado por el viento del Espíritu. Cristo es su modelo”. “Os recomiendo, por tanto, que 'viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados, con humildad, mansedumbre y paciencia'”, ha sido el deseo final dirigido a los nuevos diáconos por el arzobispo Nwachukwu.
(F.B.) (Agencia Fides 21/11/2024)