ÁFRICA/TANZANIA - A medida que se acercan las elecciones, persiste la incertidumbre sobre el futuro del país

miércoles, 30 octubre 2024

Dar es Salaam (Agencia Fides) - “No nos harán callar, Tanzania nos pertenece a todos y lucharemos por nuestro derecho a ser escuchados”, ha declarado John Mnyika, uno de los líderes opositores al gobierno actual de Samia Suluhu Hassan, la primera presidenta en la historia de Tanzania.

Con las elecciones generales de 2025 en el horizonte, el país se encuentra en una situación de marcada tensión. Según reportes de la prensa local, la reciente violencia política ha despertado temores sobre un posible regreso a un gobierno autoritario. Samia Suluhu Hassan, quien asumió la presidencia en 2021 tras el fallecimiento de John Magufuli (presidente de 2015 a 2021), ha sido objeto de críticas y acusaciones de adoptar tácticas represivas similares a las de su predecesor, quien fue inicialmente percibido como un reformador, pero cuya gestión terminó marcada por el autoritarismo.

La llegada de Samia al poder generó expectativas de cambio y una era de mayor apertura. Su administración había prometido reformas democráticas significativas, levantado la prohibición de las manifestaciones políticas, reabierto medios de comunicación previamente clausurados y mostrado un compromiso inicial con la libertad de expresión

Por un breve momento, Tanzania pareció salir de la sombra de la autocracia. Los partidos de la oposición, reprimidos durante mucho tiempo bajo el mandato de Magufuli, habían vuelto a las calles, celebrando manifestaciones y reavivando el debate político. Por primera vez en años, el país parecía avanzar hacia una auténtica democracia.

Sin embargo, a medida que se acercan las elecciones locales de noviembre de 2024, esas esperanzas se han visto frustradas. Las promesas de reforma del gobierno han dado paso a un regreso de las tácticas autoritarias. El optimismo que rodeó el ascenso de Samia se ha desvanecido gradualmente, reemplazado por temor e incertidumbre. La violencia política ha aumentado, los líderes de la oposición han sido silenciados y la disidencia, de nuevo, enfrenta una represión brutal.

Para muchos tanzanos, el panorama es sombrío. La escalada de violencia política ha creado una atmósfera cargada de miedo, y mientras la nación se prepara para las próximas elecciones, es evidente que nunca antes había estado tanto en juego. Para líderes de la oposición como John Mnyika y Tundu Lissu, la lucha por la democracia es ahora más peligrosa que nunca, pero, a pesar de los riesgos, siguen decididos a defenderla.
(AP) (Agencia Fides 30/10/2024)


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