Beandrarezona (Agencia Fides) - El objetivo de la escuela de los Misioneros de la Consolata (IMC), recientemente inaugurada en Beandrarezona, es contribuir a la formación de los jóvenes ofreciéndoles una educación de calidad que les permita tener las mismas oportunidades que los demás jóvenes de la ciudad. «El colegio es una gran herramienta de evangelización en muchos sentidos. Aunque muchos jóvenes no tienen especial interés por la religión, a través de la escuela pueden descubrir el mensaje del Evangelio y también se puede llegar a sus familias», afirma el P. Jean Tuluba, IMC, de la misión de Beandrarezona.
«Tras contactar con la realidad local, nos dimos cuenta de que en Beandrarezona, que es el centro de la misión, y en los demás pueblos, hay escuelas privadas y públicas: infantil, primaria y primer ciclo de secundaria, pero faltan institutos de secundaria y bachillerato», prosigue. De ahí la necesidad, tras hablar con los líderes locales y los padres, de construir una escuela secundaria, porque los jóvenes de Beandrarezona y de los demás pueblos vecinos se ven obligados a abandonar a sus familias después de la escuela primaria para continuar sus estudios en la ciudad, con un considerable impacto económico para las familias, y como consecuencia muchos jóvenes abandonan la escuela y se van a trabajar al campo».
«De los primeros 30 alumnos, un buen porcentaje procede de otras confesiones religiosas. La escuela se convierte así en una vía de diálogo con otras religiones a través de la educación que damos a sus hijos, ya que desde el principio han confiado en nosotros enviando a sus hijos a estudiar», señala el sacerdote. «De este modo, la escuela no es sólo un centro educativo, sino también un lugar de encuentro entre confesiones religiosas. Además, hemos optado por gestionar la escuela de forma gradual, abriendo una clase al año hasta completar el ciclo de tres años. Esto se debe a que el nivel educativo de los alumnos es muy bajo. Abrir una clase al año nos ayudará a acompañar la formación de los alumnos y también la formación continua de los profesores».
Los misioneros de la Consolata llegaron a Madagascar el 13 de marzo de 2019 para trabajar en la diócesis de Ambanja, en el noroeste de la Isla Grande. Tras un periodo de estudio de la lengua malgache, comenzaron su servicio pastoral el 20 de octubre de 2019 en la nueva misión de Beandrarezona, creada con la llegada de los tres primeros misioneros, los padres Jean Tuluba (RD Congo), Jared Makori (Kenia) y Kizito Mukalazi (Uganda).
«Nuestra misión es la última parroquia establecida en la diócesis de Ambanja, en el noroeste de la Isla Grande, y está situada a casi 1.000 kilómetros de Antananarivo, la capital del país», explica el P. Tuluba. Abarca tres municipios rurales y cuenta con más de 80 aldeas, de las cuales sólo 12 tienen comunidades cristianas. Las aldeas están muy alejadas unas de otras y el único medio de transporte posible para visitarlas es la moto, pero a la mayoría sólo se puede llegar a pie. Para llegar a algunas comunidades hay que caminar hasta 14 horas. Hace falta fuerza y determinación para afrontar las dificultades de los caminos. De los 2.587.014 habitantes (censo 2022) de la diócesis, sólo el 7% de la población es católica, y en nuestra misión, los católicos son alrededor del 3% del total de 21.170 habitantes (censo 2018). Como veis, es realmente una misión ad gentes que necesita de nuestra presencia y atención», remarca el misionero.
Las principales actividades de la misión son las visitas comunitarias, la catequesis sacramental, la formación de catequistas, la animación misionera y vocacional, y la formación de los más pequeños. La mayoría de la población de la misión está formada por jóvenes y niños. De hecho, se calcula que el 75% de la población de Madagascar está formada por menores.
La escuela, cuyas obras habían comenzado en 2021 tras la epidemia de Covid-19, ha sido inaugurada y abierta oficialmente el 2 de septiembre de 2024 con una celebración eucarística presidida por el obispo diocesano de Ambanja, Francis Donatien Randriamalala, que ha bendecido el edificio. A la celebración han asistido otros sacerdotes, religiosas, autoridades administrativas y políticas locales, representantes de las confesiones religiosas locales, cristianos de misión, amigos y conocidos. Las clases han comenzado de inmediato, al día siguiente, con 30 alumnos.
(AP) (Agenzia Fides 5/10/2024)