Uagadugú (Agencia Fides) - Los grupos yihadistas siguen sembrando la muerte en Burkina Faso. Tras la masacre del pueblo de Barsalogho, el 24 de agosto, en la que murieron al menos 200 personas, el 30 de agosto murieron al menos otras 13 en un asalto a un grupo de voluntarios para la defensa de la patria en Barga, al norte del país.
El mismo día, hombres armados llevaron a cabo un ataque en Yondé, en la región centro-oriental, que causó una decena de muertos.
Por último, se registraron importantes daños materiales tras el ataque del 31 de agosto contra una base de las fuerzas de defensa y seguridad en la localidad de Bam, en la región centro-norte.
En todos los casos, los yihadistas atacaron a grupos locales de autodefensa. En Barsalogho (en la región centro-norte), los yihadistas del JNIM (Jama'at Nasr al-Islam wal-Muslimin, Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes) atacaron mientras la población cavaba trincheras defensivas por orden del ejército. Algunos informes afirman que murieron 200 personas, aunque los habitantes supervivientes declararon al menos 400 bajas. Según los testimonios de los supervivientes, un destacamento militar había obligado a los aldeanos a construir la trinchera «contra su voluntad», exponiéndolos a las represalias de los yihadistas del JNIM. Estos últimos reivindicaron la masacre con un vídeo, en el que pueden verse los cuerpos de las víctimas civiles, con sólo herramientas de excavación a su lado, pero sin armas.
Al parecer, los civiles fueron reclutados a la fuerza por el ejército y enviados a cavar trincheras defensivas a pocos kilómetros de su pueblo, sin ninguna protección militar. El ataque duró desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde y los yihadistas, tras masacrar a los hombres que cavaban las trincheras, arrollaron el pueblo, matando a mujeres, niños y ancianos.
Tras el Ángelus del domingo 1 de septiembre, el Papa Francisco expresó su dolor por la masacre de Barsalogho: “Me enteré con dolor de que el sábado 24 de agosto, en localidad de Barsalogho, Burkina Faso, cientos de personas, entre ellas mujeres y niños, fueron asesinadas y muchas otras resultaron heridas en un atentado terrorista. Al condenar estos execrables atentados contra la vida humana, expreso mi cercanía a toda la nación y mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. Que la Virgen María ayude al querido pueblo de Burkina Faso a volver a encontrar la paz y la seguridad”.
El JNIM, afiliado a Al Qaeda, está en plena expansión por todo el Sahel. No sólo opera en Burkina Faso, sino también en Níger y Mali, y se está extendiendo a las zonas fronterizas de Benín, Togo y Ghana. En este último país, la guardia fronteriza ha dado la voz de alarma sobre posibles atentados yihadistas en las zonas fronterizas con Burkina Faso.
Además de las fuerzas gubernamentales de los países implicados, el JNIM se enfrenta al otro principal grupo yihadista que opera en la región, la rama del Estado Islámico en el Sahel.
Burkina Faso, Malí y Níger son países en los que juntas militares han tomado el poder en golpes de Estado que, tras desbancar a los contingentes occidentales, reciben ayuda militar de Rusia y (algo en lo que se hace menos hincapié en la prensa europea) Turquía. En un mensaje publicado en las redes sociales a mediados de agosto por Othman al-Ansari, considerado el número 2 del JNIM, el grupo yihadista llamaba a las poblaciones musulmanas de los tres países a superar las divisiones étnicas y tribales para unirse en una yihad contra las juntas militares y sus aliados rusos y turcos, citando a las empresas militares privadas Wagner (rusa) y Sadat (turca).
(L.M.) (Agencia Fides 3/9/2024)