EUROPA/ESLOVAQUIA - Misionero entre sus compañeros de prisión: Ján Havlík es beato

sábado, 31 agosto 2024 beatificación   mártires  


Por Chiara Dommarco

Šaštín (Agencia Fides) − “¿Dónde está Dios en la oscuridad de la historia? La fe ayuda a responder que Él está aquí, escribiendo su historia de amor”, dice el padre Emil Hoffmann CM, vicepostulador de la causa de beatificación del Siervo de Dios Jon Havlík, el seminarista vicenciano cuya ceremonia de beatificación se celebra hoy en el Santuario Nacional de Šaštín.

Nacido el 12 de febrero de 1928 en Dubovce, un pueblo del oeste de Eslovaquia, hijo de Karol, un trabajador, y Justina (Pollékova), alrededor de los trece años decidió iniciar el camino de discernimiento vocacional para ingresar en la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl. En 1943 comenzó a asistir a la Escuela Apostólica Vicenciana (seminario menor) en Banská Bystrica. El golpe de Estado de febrero de 1948 marcó el inicio del régimen comunista en Checoslovaquia.

Debido a los disturbios políticos, Ján no completó sus estudios hasta mayo de 1949 y comenzó su noviciado en agosto de ese año. Cuando en abril de 1950 la ŠtB (policía política eslovaca) implementó la “Akce K”, la operación destinada a liquidar todas las órdenes religiosas masculinas, Ján y los demás novicios fueron arrestados y sometidos a un programa de “reeducación” durante dos semanas y luego obligados a realizar trabajos forzados. Liberado después de tres meses, Ján continuó su educación teológica clandestinamente, mientras trabajaba como obrero en Nitra. Detenido nuevamente por el ŠtB el 29 de octubre de 1951 junto con los demás seminaristas vicencianos, estuvo arrestado durante 15 meses en los que fue torturado y acusado de acciones antiestatales. En febrero de 1953, el joven fue condenado a 14 años de trabajos forzados por alta traición, pena que posteriormente se redujo a 10 años en el proceso de apelación.

El padre Emil, que representó al postulador de la orden vicenciana en la fase diocesana del proceso de beatificación, resume así el corazón de la misión terrena del joven eslovaco: “Para Havlík, cada situación era propicia para anunciar a Cristo. También la prisión fue para él un lugar de misión. Ján dijo sobre su labor en prisión: 'Me siento como si estuviera en una misión, ningún misionero podría desear un lugar mejor y más desafiante para trabajar. Si tan solo hubiera más tiempo. Si tan solo el trabajo no nos pesara tanto'”.

A pesar del trabajo agotador, por la noche copiaba el “Humanismo integral” de Jacques Maritain para difundirlo entre sus compañeros de prisión. Trabajó en condiciones inhumanas en varios campos de concentración y extrajo uranio en las minas de Jáchymov hasta el otoño de 1958, cuando fue acusado de pertenecer a una asociación clandestina de prisioneros. “San Vicente de Paúl – explicó el padre Emil – advirtió a sus misioneros que en la virtud del celo podían llegar a dos extremos: por un lado, la falta de celo, la pereza, el olvido, la dureza o la insensibilidad; por el otro, exceso de celo, severidad, autoritarismo. Hay testimonios sobre Ján que son reconfortantes en este sentido porque ayudaba a escribir cartas, proporcionaba libros útiles y, cuando era posible, hablaba de Dios”.

La acusación de 1958 se debió a la actividad evangelizadora de Ján, como él mismo declaró en el juicio al que fue sometido una vez descubierto. A los diez años de trabajos forzados se añadió un año más, precisamente in odium fidei. “Exhibir la propia fe – afirma el padre Emil – era un acto estrictamente prohibido en los campos de trabajo, por lo que todo lo relacionado con la fe se mantenía en el máximo secreto. Si eran descubiertos, los 'culpables' eran condenados al reformatorio, una pequeña habitación donde era imposible mantenerse erguido, o a un nuevo juicio, como le ocurrió a Ján. Quienes lo conocieron dijeron de él que había sido condenado dos veces a causa de su fe”.

A partir de mayo de 1958, al no poder trabajar debido a los malos tratos que sufrió, fue internado en un hospital psiquiátrico y luego trasladado a diversas prisiones checoslovacas hasta el 29 de octubre de 1962, fecha en la que fue puesto en libertad tras haber cumplido su condena. A estos últimos años de su vida pertenecen los dos cuadernos que nos dejó el joven, dedicados a su experiencia espiritual: “El Viacrucis de las almas pequeñas” y “Diario”. Desde su muerte, ocurrida prematuramente el 27 de diciembre de 1965 debido a las torturas físicas y psicológicas que sufrió, no solo se ha extendido la fama de martirio, sino también una cierta fama signorum.

La fase diocesana de la causa de beatificación se abrió el 9 de junio de 2013 y la beatificación tuvo lugar poco más de diez años después, con una rapidez que sorprendió al propio vicepostulador. “Hay acontecimientos y largos períodos en la historia – comenta el padre Emil – en los que parece que Dios pierde el control de la realidad y abandona a los hombres a sí mismos. Entonces ¿dónde está Dios? La fe nos ayuda a responder que Él está aquí, escribiendo su historia de amor. Es una actitud de fe creer que ni siquiera el régimen comunista escapó de las manos de Dios, sino que permitió que Dios purificara y ennobleciera el lado más auténtico de muchas personas”.

El propio régimen comunista también ha sido crucial para la fase de constatación de las virtudes heroicas, como nos dijo el padre Emil: “Hoy está de moda escribir libros, contar historias convincentes e impactantes. Ján, sin embargo, nos habla a través de quienes lo amaron y no quisieron que el testimonio heroico de su juventud fuera olvidado por la Historia. Sus verdugos también nos ayudaron a recopilar información sobre el seminarista, porque documentaron con gran detalle el testimonio que dio en el campo de trabajo”.

La Sociedad Misionera de San Vicente de Paúl cuenta actualmente con 7 comunidades entre Eslovaquia y la República Checa, que pertenecen a la Provincia Eslovaca de la orden. Allí sirven 33 sacerdotes y 4 hermanos. Las comunidades de Eslovaquia se encuentran en Bratislava, Banska Bystrica, Bijacovce y Lučenec, mientras que las de la República Checa se encuentran en Loštice, Dobruška y Žlutice. La Provincia Eslovaca también incluye una comunidad en Sangrelaya, Honduras, y una en Chicago, Estados Unidos.
(Agencia Fides 31/8/2024)


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