Port-au-Prince (Agencia Fides) - "La escalada de violencia en Puerto Príncipe y Artibonite, provincia al noroeste de la capital, está sumiendo a Haití en un desastre humanitario. El sistema sanitario está al borde del colapso", ha advertido el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Bruno Maes. "La grave situación de emergencia afecta no solo a los niños, sino también a los suministros esenciales para tratarlos y alimentarlos", ha afirmado en un reciente comunicado.
En Haití, solo seis de cada diez hospitales están funcionando. Los contenedores con suministros han sido bloqueados o saqueados, al igual que muchos almacenes y farmacias.
"La violencia, los desplazamientos masivos, las epidemias y la creciente desnutrición han destruido el sistema sanitario de Haití (véase Fides 10/5/2024), pero el bloqueo de las cadenas de suministro agrava aún más la desesperada situación humanitaria".
Según las agencias humanitarias de la ONU, unos 4,4 millones de personas en Haití -país de 11,5 millones de habitantes en una superficie de 27.755 kilómetros cuadrados- necesitan ayuda humanitaria urgente y 1,6 millones se enfrentan a niveles de emergencia por inseguridad alimentaria grave. Más de 30 centros médicos y hospitales han cerrado debido al vandalismo, los saqueos o por estar situados en zonas inseguras, entre ellos el Hospital Universitario Estatal de Haití, el mayor del país. La reciente reapertura del aeropuerto de Puerto Príncipe, después de casi tres meses de cierre, es un primer paso para aliviar el aislamiento, pero los puertos siguen bloqueados.
En los tres primeros meses de 2024, 2.500 personas, incluyendo al menos 82 niños, han muerto o resultado heridas como consecuencia de la violencia de las bandas, según los últimos informes de la ONU. Casi la mitad de las víctimas han recibido disparos durante ataques violentos en sus barrios o enfrentamientos entre bandas y la policía, y al menos 438 personas han sido secuestradas para pedir rescate por ellas. Los medios de comunicación afirman que el 80% de la capital, y las carreteras que la conectan con el norte y el sur del país, están en manos de bandas criminales, que siembran el terror en las calles, barrios e intersecciones de carreteras. Unas 362.000 personas -la mitad niñas y niños- se han visto obligadas a huir de sus hogares porque permanecer en ellos es demasiado peligroso, y muchas de ellas se encuentran hacinadas en refugios improvisados en escuelas y otros espacios públicos. La violencia y los abusos sexuales contra mujeres y niñas han aumentado y decenas de miles de niños no pueden ir a la escuela debido a la inseguridad.
A este dramático contexto se añade el no menos tranquilizador marco político. La presidencia colegiada de nueve miembros, que ha asumido la responsabilidad de dirigir un proceso de transición, avanza lentamente hacia la formación de un gobierno provisional mientras se organizan nuevas elecciones. El gobierno debe preparar el terreno para el despliegue de una fuerza internacional que acabe con las bandas. Inicialmente podrían desplegarse mil policías keniatas y contingentes de apoyo de Bahamas, Bangladesh, Barbados, Belice, Benín, Chad y Jamaica.
(AP) (Agencia Fides 27/5/2024)