ÁFRICA/NIGERIA - Asaltos de bandas de pastores fulani: no es sólo un conflicto "religioso"

miércoles, 7 junio 2023 violencia  

Abuja (Agencia Fides) - Entre las decenas de víctimas del asalto a una aldea del Estado de Benue, en el centro de Nigeria, cometido el mes pasado, hay también un catequista y su mujer, según ha dado a conocer sólo ahora la prensa local.
En el asalto perpetrado el 8 de mayo por una banda de pastores fulani contra la iglesia católica de San Pedro, en la aldea de Hirnyam, en el condado de Guma, fueron asesinados Dominic Dajo y su esposa, así como otra docena de personas. Ese mismo día, bandas de Fulani atacaron las aldeas de Tse Vambe, Tse Ortim y Torough Mbanyiar, en el mismo condado. Durante las dos semanas siguientes, atacaron docenas de pueblos de la zona.
Estos asaltos, que se consideran principalmente desde el punto de vista de un enfrentamiento religioso (pastores fulani musulmanes contra agricultores cristianos), sin embargo presentan muchas facetas. Los fulani (también llamados peuls) son una población de millones de personas que viven en distintas partes de Nigeria y en todo el Sahel. Son predominantemente musulmanes y comprenden cientos de clanes de muy diversos linajes, la mayoría de los cuales no son extremistas, aunque sí los hay, pero algunos fulanis se adhieren a la ideología islamista radical, difundida en la zona por grupos autodenominados Al Qaeda o Estado Islámico.
Aunque no se puede negar el componente religioso del conflicto, dado que estos grupos adoptan una simbología extremista (por ejemplo, gritan "Allah Akbar" durante los asaltos y se ensañan contra los lugares de culto cristianos), esto no debe hacernos perder de vista los factores políticos y económicos que lo alimentan. En Nigeria, no pocos políticos apoyan el choque identitario étnico-religioso, entre distintos grupos, para presentarse como los únicos capaces de defender a sus votantes (que a menudo coinciden con una población concreta). El uso de las redes sociales para alimentar campañas de odio basadas en el miedo al otro no hace sino que avivar los conflictos entre comunidades, entre otras cosas porque la incapacidad del gobierno nigeriano para garantizar la seguridad ha fomentado la creación de milicias armadas según criterios étnico-religiosos para proteger los intereses de las distintas comunidades.
No hay que pasar por alto la dimensión criminal del fenómeno, ya que en el curso de sus asaltos las bandas fulani saquean a sus víctimas. La guerra contra el régimen de Gadafi en Libia en 2011 llevó al mercado ilegal, que se extiende desde el Sahel hasta Nigeria, una cantidad ingente de armas de fuego procedentes de los arsenales exterminados del antiguo régimen. El resultado es que los grupos ilegales nigerianos ahora tienen fácil acceso a las armas de guerra, lo que aumenta su peligrosidad.
Por último, los factores medioambientales, con el avance del desierto en el Sahel, han incrementado la lucha por los recursos (agua y tierra) del ancestral enfrentamiento entre pastores (como los fulani) y agricultores.
(L.M.) (Agencia Fides 7/6/2023)


Compartir: