ASIA/PAKISTÁN - Veredictos, violencia y asesinatos por blasfemia

jueves, 28 abril 2022 blasfemia   derechos humanos  

Lahore (Agencia Fides) - Un Tribunal Antiterrorista (ATC) de Lahore ha emitido un veredicto en el caso del asesinato de la ciudadana de Sri Lanka Priyantha Kumara, asesinada por una turba en Sialkot en diciembre de 2021 acusada de blasfemia (véase Fides 22/12/2021). El tribunal ha condenado a seis personas a la pena de muerte e impuesto cadena perpetua a otros nueve hombres, mientras que otras 72 personas han sido condenadas a dos años de prisión. También se ha concedido un total de 600.000 rupias paquistaníes (unos 3.000 euros) a la familia de la víctima.
Este es el epílogo de un asunto que ha conmocionado al país: cientos de manifestantes mataron a Priyantha Kumara, ciudadano de Sri Lanka y empleado de Rajco Industries en Sialkot, y luego quemaron su cuerpo en la carretera principal, frente a la industria. El hombre fue brutalmente torturado hasta la muerte el 3 de diciembre de 2021 porque había sido acusado de blasfemia: había quitado la pegatina que contenía la oración islámica de la máquina de producción de la empresa. Priyantha Kumara, que no conocía el texto islámico de la pegatina, estaba supervisando el proceso de limpieza para la visita de una delegación internacional a la industria de artículos deportivos.
Se presentó una denuncia (First Information Report) contra 900 trabajadores de Rajco Industries y se realizaron numerosas detenciones. El 12 de marzo, el Tribunal Antiterrorista de Lahore acusó a 89 personas, 80 adultos y 9 menores. La investigación incluyó vídeos de las redes sociales y de los teléfonos móviles de 55 acusados, así como medios digitales, pruebas de ADN, testigos presenciales y pruebas forenses, para condenar a quienes lincharon a Priyantha Kumara y quemaron sus restos.
Ashiknaz Khokhar, activista católico de los derechos humanos en el Punjab, se congratula de la decisión del Tribunal Antiterrorista, en un mensaje enviado a la Agencia Fides, y afirma: "El episodio de Priyantha Kumara ha traído la vergüenza y el mal nombre a Pakistán. Muchas personas ven en esta decisión judicial un soplo de aire fresco para castigar los ataques violentos de la multitud y esperan que sea una advertencia para quienes, en nombre de la religión, se toman la justicia por su mano".
Khokhar añade: "También existe la posibilidad de que este veredicto sea impugnado en el Tribunal Superior. La violencia colectiva basada únicamente en una acusación o sospecha no puede tolerarse ni permitirse en un Estado de Derecho, y este caso debe ser un ejemplo para el futuro". "El Estado debe vigilar la violencia dentro de la sociedad y el odio interreligioso. Deberían vigilar a los fundamentalistas responsables de este tipo de casos", concluye Ashiknaz Khokhar.
En otro caso de blasfemia que tuvo lugar hace unas semanas, tres mujeres musulmanas, Aisha Nomani, de 17 años, Razia Hanfi, de 21, y Umra Aman, de 24, que trabajaban en el seminario islámico Jamia Islamia Falahul Binaat, fueron detenidas la semana pasada por matar a una musulmana de 21 años, Safoora Bibi, su antigua compañera, tras acusarla de blasfemia.
La víctima fue atacada frente al Seminario Islámico después de que una estudiante de 13 años, pariente de las tres asesinas, dijera que, en un sueño, había visto a la mujer cometer una blasfemia y que, también en un sueño, le habían dicho que la matara. Solo por un sueño, la mujer, una reconocida erudita islámica de Pakistán, fue atacada con palos y cuchillos afilados y asesinada.
Sabir Michael, un católico de Karachi comprometido con la defensa de los derechos humanos, declara a la Agencia Fides: "Se trata de un incidente muy triste, absurdo y trágico, que muestra cómo el odio y la intolerancia están aumentando en nuestra sociedad. La situación es desesperada y no se respeta el Estado de Derecho. La gente incluso mata por un sueño. Hay que decir que estas acusaciones son, en general, infundadas: en Pakistán, los ciudadanos respetan la religión y no cometen vilipendios contra ninguno de los profetas de ninguna religión. Condenamos enérgicamente el asesinato de una mujer musulmana inocente y nos oponemos al abuso de la ley de blasfemia. Es responsabilidad del gobierno" - continua Michael - tomar medidas enérgicas para crear un clima de tolerancia y respeto, especialmente en materia religiosa, para la protección de los acusados de blasfemia. Nadie debe ser castigado antes de una investigación justa y un juicio en los tribunales".
(AG-PA) (Agencia Fides 28/4/2022)


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