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Parma (Agencia Fides) – Los 11 sacerdotes y los 3 religiosos de los misioneros Javerianos que han fallecido en menos de un mes, pasaron largos años de su vida en tierra misionera, anunciando el Evangelio de Jesucristo en cuatro continentes. Doce de ellos vivían en la casa general, en Parma, para recibir tratamiento médico o solo para descansar, dada la edad y la vida pasada en su mayor parte entre las privaciones y las dificultades de las misiones.
Parma se encuentra en el área del norte de Italia, donde se ha propagado el coronavirus. La diócesis ha perdido 6 sacerdotes. Aunque no hay evidencia cierta de que los Javerianos fallecidos hubiesen contraído el coronavirus, el Padre Rosario Giannattasio, superior de los Javerianos de Italia, enfatiza que esta es ciertamente una mortalidad mucho mayor (en comparación con los cuatro o cinco misioneros que generalmente mueren en la casa madre en el curso de un año), por lo tanto, es inevitable pensar en una conexión con el coronavirus, también porque un empleado de la residencia fue encontrado positivo al Covid-19.
Los Javerianos que han fallecido en estas semanas se entregaron por completo en los diversos campos del apostolado misionero, como se puede ver a través de sus escasas notas biográficas. Desde la enseñanza y la formación de los jóvenes hasta la gestión de la economía, desde el ministerio parroquial hasta la asistencia a los migrantes, desde el diseño de edificios hasta la sartoria y la cocina, pasando por otras mil tareas y cargos que forman parte de la vida cotidiana de una comunidad, ya sea pequeña o grande. Una vez de regreso a Italia, con frecuencia privados de la fuerza física y probados por enfermedades, continuaron dando su apasionado testimonio en la animación misionera, en el ministerio sacerdotal y en la acogida.
Algunos de ellos incluso retomaron el camino de la misión, incluso en la vejez. Sin duda encarnaban el deseo de su fundador, San Guido Maria Conforti, quien escribió así: “El Misionero es la personificación más bella y sublime de la vida ideal. Porque él ha contemplado en espíritu a Jesucristo, quien señala a los Apóstoles que deben conquistar el mundo para el Evangelio, no con la fuerza de las armas, sino con persuasión y amor, y ha quedado cautivado".
Queremos recordarlos citando su período de servicio misionero:
- El padre Piergiorgio Betti, de 83 años, fue misionero en el Congo entre 1973 y 1983. Murió en la casa general el 23 de marzo.
- El padre Gerardo Caglioni, de 73 años, fue misionero en México (1980-1983) y Sierra Leona (de 1984 a 1993 y de 2002 a 2006). Murió en la casa general el 22 de marzo.
- El padre Stefano Coronose, de 88 años, fue misionero en Indonesia desde finales de los años 60 hasta mediados de los 80. Murió en la casa general el 21 de marzo.
- El p. Pilade Giuseppe Rossini, de 84 años, misionero en Sierra Leona desde los años sesenta hasta 1998, con tres intervalos en Italia. Murió en el hospital de Seriate el 19 de marzo.
- El hermano Giuseppe Scintu, de 85 años, misionero en el Congo de 1968 a 1975. Falleció en la casa general el 19 de marzo.
- El hermano Luigi Isaia Masseroni, de 90 años, misionero en Brasil desde 1956 hasta 1967. Murió en la casa general el 18 de marzo.
- Hermano Guglielmo Saderi, de 88 años, misionero en el Congo desde 1961 hasta 2010, alternando períodos de servicio en Italia. Murió en la casa general el 18 de marzo.
- El padre Giuseppe Rizzi, de 77 años, misionero en Burundi y Congo entre 1977 y 2010. Murió en la casa general el 15 de marzo.
- El padre Piermario Tassi, de 90 años, misionero en el Congo desde 1962 hasta 1996. Murió el 15 de marzo en la casa general.
- El p. Vittorio Ferrari, de 88 años, misionero en Japón desde 1961 hasta 1974, murió en la casa general el 14 de marzo.
- El padre Nicola Adriano Masi, de 92 años, misionero en Brasil de 1976 a 2010. Falleció el 12 de marzo en la casa general.
- El p. Enrico di Nicolò, de 80 años, dedicó su vida a la enseñanza y al ministerio sacerdotal. Murió el 11 de marzo mientras se encontraba de visita con sus familiares.
- El padre Corrado Stradiotto, de 86 años, misionero en Indonesia desde 1967 hasta 1975. Falleció el 7 de marzo en la casa general.
- El padre Pietro Zoni, de 85 años, de 1970 a 2013 fue misionero en Burundi, Estados Unidos y Camerún. Murió el 29 de febrero en la casa general.
Los Misioneros Javerianos, nacidos con el único propósito de anunciar el Evangelio a quienes aún no lo conocen, son 819 (datos de 2015) presentes en más de 150 comunidades en Europa, África, Asia y América. Su fundador, San Guido Maria Conforti (1865-1931), nacido en Ravadese (Parma - Italia), ingresó al seminario a la edad de 11 años, pero una enfermedad retrasó la ordenación sacerdotal hasta 1888. Siendo un Joven sacerdote, le fue conferido el cargo de "Director de la Pía Obra de la Propagación de la Fe". Al no poder seguir, la vocación misionera a la que se sentía llamado, por razones de salud, en 1895 fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier para las Misiones Extranjeras (Misioneros Javerianos) con el único y exclusivo propósito de evangelizar a los no cristianos. En 1899 envió a los dos primeros misioneros a China, a los que siguieron a lo largo de los años muchos otros.
En 1902, a los 37 años, fue llamado por el Papa León XIII para gobernar la Arquidiócesis de Rávena. Después de dos años en los que gastó toda su energía por el bien de la diócesis, se vio obligado a renunciar por razones de salud. Luego regresó a su Instituto, donde se dedicó a la formación de sus alumnos misioneros. Una vez mejorada su salud, el Papa Pío X le confió la Diócesis de Parma. Durante más de 24 años feu su incansable buen pastor, haciendo todo lo posible por la proclamación del Evangelio a los no cristianos. En 1916 colaboró en la fundación de la Unión Misionera del Clero, la actual Pontificia Unión Misional, de la cual fue el primer presidente durante diez años. En 1928 fue a China, visitando las comunidades cristianas y los territorios confiados a su familia misionera. El 5 de noviembre de 1931 murió en Parma. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 17 de marzo de 1996 y canonizado por el Papa Benedicto XVI el 23 de octubre de 2011. (S.L.) (Agencia Fides 26/3/2020)
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