ASIA/TAILANDIA - Un misionero: "Fiesta, alegría y paz durante la Semana Santa en Tailandia"

viernes, 23 marzo 2018

AdB

Chiang Mai (Agencia Fides) - "La creación es la primera Palabra visible de Dios. Es el primer texto sagrado que puede ser leido. Dios dijo: Sea la luz y fue la luz. Sean las plantas y los animales y estos fueron; mucho antes de la creación del ser humano, en cuyo corazón se grabaría una alianza indeleble", así lo dice a la Agencia Fides, el padre Attilio De Battisti, misionero Fidei donum en Chiang Mai, con motivo de la Pascua.
El misionero señala describiendo la situación local: "De febrero hasta abril es la temporada de calor, que dura varios meses, con monzones, lluvias y humedad, hasta octubre". "Los árboles, debido a los 40 o 50 grados, pierden sus hojas, la hierba se convierte en paja y la tierra arcillosa se agrieta de forma impresionante. Es el tiempo de los incendios, a veces provocados por el hombre para limpiar los rastrojos, y otras veces para fertilizar los campos de arroz, paralizados durante meses. Del 20 de febrero al 20 de abril está prohibido en todo el territorio encender un fuego, ni si quiera en el jardín", explica don Attilio. "Hasta hace unos años, el humo, el polvo y la contaminación dificultaban la visibilidad de los aviones que se dirigían hacia Chiang Mai. Aquí, nuestra gente tiene que apagar los incendios que amenazan las aldeas (de madera y bambú) y los recursos. La naturaleza, en este estado, nos sugiere solo una palabra: muerte. Pero desde este desolado panorama surge con fuerza el deseo de una Feliz Pascua. De hecho, esta es también la temporada de las flores, de los festivales floreales y de las exposiciones internacionales, que enmarcan con orgullo el Año Nuevo tailandés. Los colores se expanden no solo por los parques o jardines reales, sino en todos lados. Los árboles sin hojas, aparentemente opacos, se visten de flores amarillas (Ratchaphruek, Tree of gold), violetas (Lilac tree), rosas (Intanit) y naranjas (Jasmine tree); que bordean las calles y las colinas".
El misionero continúa: "Parece una venganza de la naturaleza contra la agresión del sol; una revancha de la creación contra la conspiración climática; una demostración de fortaleza sobre el sinsentido humano. Sea la vida, y la vida fue: para todos, exagerada y gratuita. Sobre la nada y la muerte (que en el fondo es la misma cosa). Dios susurra una vez más: ¡sea la fiesta, sea la alegría y sea la paz! Es esto lo que los cristianos aportan hoy al país, al celebrar la inminente Pascua", concluye Don Attilio.
La presencia católica en la diócesis de Chiang cuenta con alrededor de 66 mil personas, y en 2016 se bautizaron 1599. (ADB/AP) (23/3/2018 Agencia Fides)

AdB


Compartir: