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Kyoto (Agencia Fides) - La reconciliación entre el Sur de Corea y Japón pasa por pequeños gestos de amistad y perdón: también la Iglesia puede ayudar en este camino, como testimonia el hermanamiento recientemente refrendado entre la diócesis de Kyoto (Japón) y la de Cheju (Corea del Sur). La diócesis han redactado una declaración conjunta en la que se definen "Iglesias hermanas" para promover la reconciliación y la evangelización entre las dos naciones.
Los Obispos de las dos diócesis, Mons. Otsuka Oshinao de Kyoto y Mons. Kang-U de Chenju, ha firmado un acuerdo después de una Santa Misa, celebradada en dos lenguas, en la catedral de la ciudad japonesa, ante una asamblea formada por miembros de la comunidad local y la coreana.
Mons. Otsuka ha explicado que la idea nació de la exigencia de establecer relaciones más estrechas entre las dos Iglesias divididas por un brazo de mar, como habían pedido los Obispos de Japón y Corea en noviembre del 2004. Los Pastores de los dos países se reúnen anualmente en un clima de amistad y hermandad, desde 1996: la Iglesia está convencida de que el testimonio de solidaridad y comunión entre los cristianos coreanos y japoneses puede ser una contribución a la aproximación de las correspondientes naciones.
Quien ha propuesto el hermanamiento ha sido Mons. Kang, que estudió en un seminario japonés: "Tenemos que recordar nuestra misión - ha dicho dirigiéndose a los fieles - de estar todos llamados a convertirnos en un único pueblo de Dios."
Las dos diócesis tienen en programa encuentros de oración comunes, actividades de formación, intercambio de experiencias. La diócesis coreana de Cheju tiene 60.000 católicos, mientras que en la diócesis de Kyoto los fieles son 19.000. Otra experiencia de hermanamiento nipo-coreano existe ya entre las diócesis de Hiroshima y Pusan.
Después del horror de la Segunda guerra mundial, que creo odio y enemistad entre Japón y Corea, las Conferencias Episcopales de Corea y Japón promueven desde hace años encuentros de conocimiento, intercambio, reflexión entre fieles católicos japoneses y coreanos, animándoles al respeto y a la acogida recíproca.
En Corea continúan citándose episodios oscuros relativos a la ocupación japonesa del período 1910-1945, mientras en el imperio del Sol Levante les cuesta admitir la responsabilidad histórica de aquellos años. (PA) (Agencia Fides 9/9/2005 Líneas: 32 Palabras: 388)
