ASIA/FILIPINAS - MIENTRAS SE TEME UN NUEVO GOLPE DE ESTADO, LOS OBISPOS FILIPINOS INVITAN A LA INTEGRIDAD MORAL Y A LA ARMONÍA SOCIAL: NO A LAS ACUSAS VIOLENTAS, A LA CORRUPCIÓN Y AL ABUSO DE PODER EN POLÍTICA.

martes, 2 septiembre 2003

Davao (Agencia Fides) – Basta con los juegos de poder y las amenazas; basta con la recíproca deslegitimación entre políticos Y militares; basta con el irresponsable “ping-pong” de acusas que pone patas arriba a todo el país; basta con el sensacionalismo de los medios de comunicación de masa. Ésta la invitación que los obispos filipinos dirigen a los personajes que, en la cumbre del país, están minando peligrosamente la armonía política y social, desmoralizando a toda la nación y ofreciendo un pésimo servicio a Filipinas.
Los obispos, que en estos días se encuentran reunidos con ocasión del Consejo Episcopal de Davao, en la isla de Mindanao, han manifestado en un comunicado oficial su contrariedad frente a los acontecimientos que, desde hace más de un mes, están creando divisiones y confusión general en la vida política del país. Desde el pasado 27 de julio, tras fracasar el motín de más de 300 soldados que habían ocupado un hotel en el centro de Manila junto a numerosos rehenes, se ha desencadenado un sinfín de rumores y de recíprocas acusas de corrupción entre políticos y militares, y el escándalo se ha extendido hasta implicar al marido de la presidenta Gloria Arroyo. Según Monseñor Fernando Capalla, arzobispo de Davao, la Iglesia filipina está alarmada frente al aumento de señales y los insistentes rumores sobre el riesgo de un nuevo golpe de estado. “No sabemos qué piensan los generales, y los rumores acerca del estado de confusión política que reina en Manila son preocupantes”, ha declarado el arzobispo a la Agencia Fides.
En el comunicado firmado por el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Orlando Quevedo, y por los demás miembros del Consejo Permanente de la misma, los obispos piden a la Presidenta que ponga fin al “estado de caos” que se ha desencadenado en la escena política filipina y afirman que, sin que decaigan las acusaciones de corrupción, el Congreso debería hacer públicas las conclusiones de la investigación realizada sobre algunos altos exponentes de la política y de las fuerzas armadas. La lucha política sin exclusión de golpes –nota el comunicado- parece ignorar por completo el bien común del país, y los medios de comunicación de masa, siempre en busca de una exclusiva, amplifican toda la situación.
“Estamos muy preocupados; especialmente porque nuestros líderes políticos están haciendo de todo por destruirse los unos a los otros, en un proceso que conduce al precipicio a toda la familia filipina”, afirman los obispos. “Entre tanto, la población tiene otros muchos problemas que afrontar, especialmente desde el punto de vista económico”.
“Es preciso el esfuerzo de todos para que se actúe, lo antes posible, una efectiva reactivación económica y una plena renovación de la política”, escriben los obispos, que declaran estar dispuestos a dar al gobierno todo su apoyo en la lucha contra el abuso de poder político y en la campaña a favor de la integridad moral de todos, especialmente de quienes deberían trabajar al servicio del bien común.
(P.A.) (Agencia Fides 2/09/03)


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