EUROPA/SUIZA - El próximo 5 de junio votación en Suiza sobre el reconocimiento de parejas homosexuales. “Una imitación de la ley matrimonial que no puede ser aceptada” dice a Fides el Secretario General de la Conferencia Episcopal

viernes, 3 junio 2005

Friburgo (Agencia Fides) - El próximo domingo, 5 de junio, el pueblo suizo está llamado a las urnas para pronunciarse sobre dos temas: los acuerdos de Schengen con la Unión Europea y el futuro estatuto de las parejas de homosexuales que hayan llegado a lo que denominan “pacto civil de solidaridad”. Si responden afirmativamente se aplicaría un régimen de reconocimiento jurídico de parejas homosexuales en todo el país y los cantones que ya disponen de legislación propia al respecto, deberán adoptarla a la ley federal. En la actualidad Suiza ya reconoce las uniones registradas entre homosexuales en otros países bajo esa peculiar forma de “pacto civil”.
Este proyecto de ley se está preparando desde hace ya dos o tres años afirma D. Agnell Rickenmann, Secretario General de la Conferencia Episcopal Suiza, contactado por la Agencia Fides. “Desde que se inició el proyecto- continua D. Agnell - los Obispos declararon que esta ley era muy cercana a la legislación sobre la familia y por tanto, no podían aprobarla. Se puede decir que a excepción de la adopción, fecundación artificial y la cuestión del cambio del nombre, todo es igual a la ley matrimonial de nuestro Estado. Es por tanto, una imitación de la ley matrimonial y por tanto, no puede ser aceptada porque debilita el matrimonio”.
Es un tema que también fue tratado la semana pasada en el encuentro en San Gallo de Secretarios generales de las Conferencias Episcopales de Europa (ver Fides 1/6/2005), afirma D. Agnell. “No existe un único modelo en Europa aunque si una tendencia general a legalizar este tipo de uniones. En España, por ejemplo, existe un único contrato igual para todos, tanto si es un matrimonio normal, como una pareja de homosexuales o simplemente una pareja que decide unirse por motivos económicos. En Holanda por el contrario, prevé contratos más diversos, según el tipo de unión. El modelo suizo es un modelo intermedio, no es tan radical como el español pero no es diferenciado como el holandés. Es una forma mixta en el sentido de que es un poco diverso del matrimonio pero refleja claramente la estructura del matrimonio y este es el mayor problema”.
Los Obispos suizos mostraron su oposición clara a este proyecto en una nota publicada el 29 de abril del 2005, titulada “Falsa solución a un problema real”, en la que afirmaban que se debe evitar claramente este reconocimiento pues “es muy problemático desde el punto de vista social” ya que “privilegia sin motivo aparente a un grupo de personas con respecto a otro, dado que el modelo de registro de las parejas, si bien contiene restricciones, se asemeja a la institución del matrimonio”. Por ello, concluye la nota “los Obispos no pueden apoyar situaciones privilegiadas que se asemejan al matrimonio para grupos de personas que no tienen la misma función en el seno del Estado”.
Según D. Agnell Rickenmann, nos encontramos ante una situación generalizada en Europa “porque nuestras sociedades están muy debilitadas. Hay un déficit en la percepción de la antropología, de la visión del hombre como tal. A esto contribuye una cierta visión materialista del hombre. Por otro lado el desarrollo de nuestra sociedad tiende hacia una disolución de los valores de la antropología cristiana porque se considera muy estrecha y poco eficiente y que no está a la altura de las exigencias del momento actual. Y evidentemente los grupos de homosexuales están realizando un gran trabajo de lobby que está llevando a la creación de las llamadas leyes antidiscriminatorias que diversos estados están ya preparando”. (RG) (Agencia Fides 3/6/2005 Líneas: 46 Palabras: 623)


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