AMERICA/CHILE - La Conferencia Episcopal chilena, recordando la voz profética de Juan Pablo II, manifiesta su preocupación por la injusticia, la pobreza persistente, las diferencias sociales, mientras que la equidad y la globalización de la solidaridad "siguen esperando respuestas”

jueves, 28 abril 2005

Santiago de Chile (Agencia Fides) - La Conferencia Episcopal chilena, al final de su 89ª Asamblea Plenaria realizada en Punta de Tralca del 18 al 22 de abril, ha redactado una declaración titulada “Hemos visto al Señor", inspirándose en la narración evangélico de los Discípulos de Emaús. El documento está articulado en 3 capítulos ("Tiempo de Pascua", "Mientras hablaban, Jesús mismo se acercó y siguió con ellos", "Quédate con nosotros Señor”) y recoge en síntesis reflexiones, preocupaciones y esperanzas del pueblo chileno.
Los Obispos, subrayando la alegría del tiempo pascual que mana de la resurrección de Jesús, recuerdan con estupor y conmoción la Pascua de Juan Pablo II: "La vida y el magisterio de Juan Pablo ha sido un gran don para la Iglesia y el mundo. En sus palabras y en sus gestos, hemos reconocido las palabras y los gestos de Jesús". Afirman luego que la elección del Sucesor de Pedro, Su Santidad Benedicto XVI, los ha llenado de esperanza, alegría y confianza, ya que ha sido constituido como "roca" sobre la que se edifica la unidad de la Iglesia y, al mismo tiempo, es el garante de la fe de los hermanos.
En el mensaje se subrayan, por una parte algunos signos vigorosos de vida en la realidad del pueblo chileno (mayor acceso a la justicia, acuerdos que parecían imposibles, crecimiento económico y desarrollo estructural, mayor equidad en la educación, etc) por otra, recordando la voz profética de Juan Pablo II, los Obispos expresan su "preocupación por los hermanos y hermanas que sufren la injusticia de un sueldo o una jubilación insuficiente, los efectos de una pobreza persistente. En nuestro país las diferencias sociales, evidentes en la calidad de las casas, el acceso a los bienes de consumo, la salud, educación, sueldos, etc, alcanzan niveles escandalosos, mientras que la equidad y la globalización de la solidaridad siguen a siendo un desafío que todavía espera respuestas urgentes". Los Obispos piden incentivar programas orientados a superar la pobreza y a establecer recorridos de mayor equidad.
Al final de su declaración, los Pastores de la Iglesia chilena señalan que la Eucaristía celebrada en la comunidad empuja hacia un compromiso activo en la edificación de una sociedad más ecuánime y fraterna. Al mismo tiempo, la figura gigantesca del Padre Hurtado y su canonización - puntualizan los Obispos - "constituye un estímulo poderoso para hacer presente en nuestros días los ideales de santidad, fraternidad y justicia social que le inspiraron durante toda su vida". (R.Z) (Agencia Fides 28/4/2005, Líneas: 34 Palabras: 449)


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