ASIA/FILIPINAS - “OPTIMISMO Y ESPERANZA AL SUR DE FILIPINAS” DICE UNO DE LOS OBISPOS DE MINDANAO A LA AGENCIA FIDES - LA MEDIACIÓN DE LA IGLESIA EN EL ORIGEN DEL ALTO AL FUEGO ENTRE EL GOBIERNO Y LOS REBELDES

viernes, 18 julio 2003

Kidapawan (Agencia Fides) - “Estamos muy contentos: el alto al fuego es realmente un signo de gran esperanza y animo. Soy optimista por el desarrollo de las negociaciones de paz: hay empeño y buena voluntad en ambas partes”. Con estas palabras comenta Mons. Romulo Valles, Obispo de Kidapawan diócesis de la isla de Mindanao, en las Filipinas, en un coloquio con la Agencia Fides el anuncio del alto al fuego firmado hoy, 18 de julio, por el gobierno filipino y el movimiento guerrillero Moro Islamic Liberation Front (MILF), grupo separatista activo en el sur del archipiélago.
La diócesis de Kidapawan se encuentra en medio del conflicto entre las tropas gubernativas y los rebeldes, junto con el territorio de la diócesis de Cotabato, dirigida por el Arzobispo Orlando Quevedo, Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, en el cargo hasta el próximo diciembre en que será sustituido por el recién elegido Mons. Fernando Capalla de Davao.
El alto al fuego precede a la retoma de auténticas negociaciones de paz que se tendrán en Malasia en la próxima semana entre los representantes del MILF y exponentes del gobierno. Mons. Valles explica a Fides: “Hay grandes posibilidades de éxito en los coloquios de paz porque las partes parecen estar disponibles y prontas a firmar una acuerdo duradero. Ambas partes nutren una confianza reciproca y coinciden en el dato de que la guerra es perjudicial para todos: afecta a la población local llevando a la miseria y a la evacuación; afecta a todo el país porque frena las inversiones y la reactivación económica, alimenta las divisiones y las tensiones sociales”.
En la reconstrucción de la confianza, paso muy importante para la retoma del diálogo - dice a Fides Mons. Valles – la Iglesia católica ha tenido precisamente un papel muy importante, con su incansable obra de mediación desarrollada por Mons. Quevedo que se ha ocupado de los contactos entre ambas partes, ha puesto en juego su carisma de pacificador y su obra de persuasión moral para reanudar una relación interrumpida. La Iglesia es vista como “tercera parte” y, por tanto, elemento que puede desarrollar legítimamente la mediación. Mons. Valles señala: “El rostro de la Iglesia en el Sur de Filipinas tiene gran credibilidad . El gobierno nos respeta y somos apreciados por los líderes islámicos y por la población musulmana local: es una posición favorable para animar a la paz”.
La Conferencia Episcopal publicó hace algunas semanas una carta abierta apoyando la necesidad de recomenzar las negociaciones. Sucesivamente se ha producido un intercambio epistolar frecuente entre el líder del MILF Salamat Hashim y Mons. Orlando Quevedo, que ha servido para clarificar la posición de los rebeldes y restablecer una relación directa. Mientras tanto el gobierno de Manila ha afirmado la voluntad de actuar con firmeza contra el terrorismo y de estar dispuesto a tratar con el MILF que, por su parte, ha condenado las acciones terroristas que en el último año han causado cerca de 100 muertos en Filipinas. Sobre estas bases ha sido posible firmar el alto al fuego y reprender las negociaciones.
(PA) (Agencia Fides 18/7/2003 Líneas: 42 Palabras: 546)


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