VATICANO - La consegna del Card. Sepe a los religiosos y misioneros mexicanos: “¡Avivad la gracia de vuestra vocación e intensificad, fieles al carisma originario, vuestro camino hacia la misión ad gentes. Preferid los lugares más humildes y arduos!”

viernes, 11 marzo 2005

Ciudad de México (Agencia Fides) - La sede del Instituto de Santa Maria de Guadalupe para las Misiones Extranjeras en la Ciudad de México ha hospedado la etapa conclusiva del breve viaje pastoral en tierra mexicana del Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Card. Crescenzio Sepe. Aquí se ha desarrollado, el jueves 10 de marzo, el encuentro con los Superiores Mayores de los Institutos Religiosos, con los misioneros y misioneras comprometidos en el trabajo de evangelización.
" Permítanme, ante todo, que les salude en nombre del Santo Padre y les transmita su bendición. A él, a su persona y a su magisterio, va nuestro afecto sincero y nuestra adhesión filial. Damos gracias al Señor por la fecundidad misionera de su Pontificado y a Él elevamos nuestras súplicas para que le guarde en su salud y le fortifique en su misión de Pastor de la Iglesia universal. … Nuestro encuentro refuerza la comunión y nos sostiene en la misión que el Señor nos ha encomendado, misión que nace de la fe en Jesucristo, desde la cual se conoce y se acepta el proyecto de salvación de Dios en favor del hombre".
El Prefecto del Dicasterio Misionero destacó luego como este encuentro tiene lugar en la sede de los Misioneros de Guadalupe: "Del ardiente celo pastoral de Monseñor Alonso Manuel Escalante, y de todo el Episcopado mexicano, nació esta Sociedad de Misioneros ad vitam, un carisma específico en la Iglesia, que el Santo Padre en la Encíclica Redemptoris missio, define como el “paradigma del compromiso misionero de la Iglesia"... Queridos misioneros de Guadalupe, Ustedes son, en los Países donde se encuentran, y también en México, “ejemplo, modelo, paradigma”, de la actividad misionera de la Iglesia".
Después del homenaje a la "la valiente labor evangelizadora desarrollada en estas tierras por quien nos ha precedido" y el agradecimiento "por la intensa promoción de la dimensión misionera de la vida consagrada y por los frutos concretos de cooperación misionera ya obtenidos", el Card. Sepe ha subrayado la urgente actualidad del mandato misionero: "ante el “ilimitado” horizonte de la misión universal, ¡nos queda mucho por hacer!". Después realiza un renovado llamamiento: "Ustedes, religiosas y religiosos mexicanos pueden y deben ofrecer mucho más de cuanto, con gran generosidad, han realizado hasta ahora por la misión ad gentes. Hoy más que nunca, el mundo necesita hombres y mujeres que sientan en sus corazones, como un fuego, la apremiante invitación del Apóstol, ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! (1 Cor 9,16). No puedo, por tanto, no servirme de esta ocasión para alentaros a reafirmar con vigor la primacía del anuncio de Jesucristo, en América y desde América, a los no creyentes y a los pueblos que todavía no conocen su Persona”.
El Card. Sepe ha asegurado después a los Superiores y Superioras "que sabrán apostar por la misión ad gentes, una profunda renovación de sus Institutos: Un aumento del fervor de la vida consagrada en la castidad, pobreza y obediencia; el desvanecimiento de tensiones internas que debilitan y desgarran algunas comunidades, y, en fin, un crecimiento de las vocaciones, pues ¡la fe se renueva dándola! Por último, el Prefecto del Dicasterio Misionero concluyó su discurso con esta invitación: "Hoy como ayer, estáis llamados a evangelizar en la vanguardia de la misión, en las zonas más difíciles del mundo, anunciando gratuitamente el Evangelio y los dones de Dios, con un amor que no es de parte y que no excluye a nadie. ¡Tened fe en Jesucristo, sed fieles a la Iglesia! Avivad la gracia de vuestra vocación e intensificad, fieles al carisma originario, vuestro camino hacia la misión ad gentes. Preferid con espíritu de fe y en comunión con los propios Pastores - los lugares más humildes y arduos, ¡hasta los últimos confines de la tierra! No os faltará aquella consolación y aquella alegría que sólo el Señor sabe dar". (S.L) (Agencia Fides 11/3/2005; Líneas: 47 Palabras: 685)


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