EUROPA/ITALIA - Colaborar en la misión de la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad. Este es el objetivo de Comunión y Liberación, nacido en Milán en 1954 por iniciativa de don Luigi Giussani y difundido hoy por todo el mundo

martes, 22 febrero 2005

Roma (Agencia Fides) - Comunión y Liberación es un movimiento eclesial cuyo objetivo es la educación cristiana madura de los propios miembros y la colaboración en la misión de la Iglesia en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea. Nació en Italia en 1954 cuando Don Luigi Giussani dio vida, a partir del Instituto "Berchet" de Milán, a una iniciativa de presencia cristiana llamada Juventud Estudiantil (GS). La sigla actual, Comunión y Liberación (CL), aparece por primera vez en 1969. Esta sintetiza la convicción de que el acontecimiento cristiano, experimentado en la comunión, es el fundamento de la auténtica liberación del hombre. Actualmente Comunión y Liberación está presente en unos setenta Países en todos los continentes. No tiene prevista ninguna forma de afiliación, sino sólo la libre participación de las personas. Instrumento fundamental de formación de los miembros al movimiento es la catequesis semanal denominada "Escuela de comunidad". Revista oficial del movimiento es la publicación mensual internacionales "Huellas - Litterae Communionis". Huellas pubnlica juicios y la vida de CL en todo el mundo. Cada mes en Huellas, que está disponible en once lenguas (italiano, inglés, español, brasileño, portugués, polaco, ruso, francés y alemán y, con diferente periodicidad, también en japonés y húngaro) se publican cartas, testimonios de Italia y del mundo, intervenciones de don Giussani, vida de la Iglesia, cultura, sociedad y política, todo bajo el signo de un auténtico ecumenismo. "Un carisma - escribe don Giussani - se puede definir como un don del Espíritu dado a una persona concreta en un determinado contexto histórico, para que ese individuo inicie una experiencia de fe que pueda resultar de algún modo útil a la vida de la Iglesia. Subraya el carácter existencial del carisma: esto hace más convincente, más persuasivo, más "accesible" el mensaje cristiano propio de la tradición apostólica. Un carisma es una terminal último de la encarnación, es decir una modalidad particular por medio de la cual el Hecho de Jesucristo hombre-Dios me llega y, a través de mi persona, puede alcanzar a otros". La esencia del carisma dado a Comunión y Liberación puede ser indicado por tres factores: - ante todo el anuncio de que Dios se ha hecho hombre (el estupor, la sensatez y el entusiasmo de esto): "El Verbo se ha hecho carne y habita entre nosotros"; - en segundo lugar la afirmación de que este hombre - Jesús de Nazareth muerto y resucitado - es un acontecimiento presente en un "signo" de "comunión", es decir de unidad de pueblo guiado como garantía de una persona viva, últimamente el Obispo de Roma; - tercer factor: sólo en el Dios hecho hombre, por tanto, sólo en Su presencia y sólo a través - de algún modo -de la forma experimentable de Su presencia, (por tanto, sólo dentro de la vida de la Iglesia) el hombre puede ser hombre más verdadero y la humanidad puede ser realmente más humana. Escribe San Gregorio Nacianceno: "Si no fuera tuyo, mi Cristo, me sentiría criatura finita". Es por lo tanto de Su presencia que manan con seguridad la moralidad y la pasión por la salvación del hombre (misión). “Desde el inicio del Bachillerato "Berchet" de Milán - recuerda don Giussani - he intentado enseñar a los chicos qué era los que me movía: no la voluntad de convencerlos de que tenía razón sino el deseo de enseñarles el raciocinio de la fe; es decir que la adhesión de su libertad al anuncio cristiano es una petición en fuerza de la correspondencia descubierta de las exigencias propias de su corazón tan de lleno en la definición de sensatez. Sólo esta dinámica de reconocimiento hace que quien se convierta en miembro de nuestro movimiento sea creativo y protagonista, y no un mero repetidor de fórmulas y discursos. Por ello, me parece, que el carisma engendra un hecho social no como un proyecto, sino como un movimiento de personas cambiadas por un encuentro, que hacen más humano el mundo, el entorno y las circunstancias en que se encuentran. La memoria de Cristo vivida tiende inevitablemente a engendrar una presencia en la sociedad, a prescindir de cualquier resultado programado". (P.L.R) (Agencia Fides 22/02/2005 - Líneas: 48 Palabras: 727)


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