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Ciudad del Guatemala (Agencia Fides) - La Conferencia Episcopal Guatemalteca (CEG), al final de su anual Asamblea Plenaria tenida del 24 al 28 de enero en la Ciudad de Guatemala, ha hecho público un Comunicado Final de los trabajos con fecha 28 de enero.
El Comunicado afirma ante todo la convicción de los Obispos de que la construcción de la paz social pasa por el compromiso cristiano para la transformación del mundo. El encuentro cotidiano con Jesucristo vivo en la Eucaristía reafirma la urgencia de asumir un compromiso activo en la edificación de una sociedad más ecuánime y fraterna. Los Obispos afirman que no pueden permanecer indiferentes frente a cuestiones candentes que atenazan el pueblo guatemalteco: violencia, inseguridad ciudadana, pobreza creciente, tratados de libre comercio, salud y otros..
Recordando luego las enseñanzas de Juan Pablo II sobre el deber de los Obispos de erigirse en defensores de los derechos del hombre frente a situaciones de patente injusticia, los Prelados expresan su preocupación sobre la decisión de hacer que Guatemala se convierta en un país minero porque, según ellos y el juicio de personas y organismos expertos en materia, "eso comprometería el futuro de la nación a causa de los graves riesgos para el ecosistema, para la vida y para la salud de los guatemaltecos, además de para la soberanía nacional". El comunicado señala la preocupación de los Obispos ya que la explotación minera divide y enfrenta peligrosamente a las comunidades en las que se realiza la actividad minera. A cuantos consideran que la preservación del ecosistema no es misión de la Iglesia, los Obispos recuerdan las enseñanzas de Juan Pablo II al respeto, y puntualizan: "El signo más profundo y grave de las implicaciones morales inherentes a la cuestión ecológica es la falta de respeto por la vida, como consta en numerosos comportamientos contaminantes.... Los intereses económicos se anteponen al bien de la persona, e incluso al de poblaciones enteras. En estos casos, la polución o la destrucción del entorno son fruto de una visión restrictiva y antinatural que configura a veces un verdadero desprecio del hombre."
Precisamente porque son solidarios con todos los hermanos guatemaltecos, especialmente con los más pobres y abandonados, los Obispos sostienen que no pueden callar puesto que entreven, en un futuro muy cercano, "una catástrofe ecológica de dimensiones imprevisibles, con fatales consecuencias para la vida, la salud y la dignidad del país, como consecuencia de la explotación de metales”.
El Comunicado termina con una exhortación a las instancias académicas y científicas, a la sociedad civil, a los defensores de los Derechos humanos, a los ecologistas, a las organizaciones sindicales para que no dejen de pronunciarse sobre este tema de forma pacífica y en el respeto de las leyes, ayudando así a aclarar un tema tan complejo y delicado como es el del sector de la extracción minera, y a buscar alternativas empresariales adecuadas para el deseado desarrollo integral de los guatemaltecos. Invitan después a todos los católicos del país y a los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren una nación en paz, libre y solidaria, a construirla a través de un compromiso activo por el bien común.
La cúpula del episcopado guatemalteco aunque ha privilegiato la cuestión minera también ha afrontado otros temas, el primero de todos la celebración del Congreso Misionero Nacional, en agenda para mayo del 2005 en Quetzaltenango, sobre el tema "Hagamos Misionera Nuestra Parroquia". Además ha dedicado un amplio espacio al análisis de la situación en que versa la nación del Guatemala sobre la justicia, el respeto de los derechos humanos, la situación social, económica, cultural etcc... El Secretario Adjunto de la CEG, Fr. Santiago Otero fms, en un coloquio con Fides, ha referido que además del Comunicado relativo a la situación coyuntural del país, también se publicará un Comunicado específico referente al Congreso Misionero Nacional. (RZ) (Agencia Fides 31/1/2005; Líneas: 49 Palabras: 673)
