VATICANO - 100 millones de "chicos de la calle" constituyen uno de los desafíos más comprometidos e inquietantes de nuestro siglo, también para la Iglesia: conclusiones del I Encuentro Internacional para la Pastoral de los Chicos de la Calle

martes, 30 noviembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Una mayor toma de conciencia sobre la gravedad del fenómeno y un compromiso más sistemático para afrontarlo, también en el ámbito eclesial; pasar de la pastoral de la espera al pastoral del encuentro, actuando con fantasía, creatividad y ánimo para llegar hasta los chicos en sus nuevos lugares de reunión; despertar en la comunidad cristiana la propia vocación al servicio y a la misión. Son algunos de las recomendaciones contenidas en el documento final del I Encuentro Internacional para la Pastoral de los Chicos de Calle, que ha sido publicado hoy. En el encuentro, promovido por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, que ha tenido lugar del 25/26 de octubre, han participado además de los miembros del Pontificio Consejo, representantes de las Conferencias Episcopales de 11 Naciones europeas y 7 Países de los otros continentes, incluidos expertos.
En el documento conclusivo se subraya que los chicos de la calle constituyen indudablemente a uno de los desafíos más comprometidos e inquietantes de nuestro siglo para la Iglesia, además de para la sociedad civil y política. Nos encontramos ante un fenómeno de insospechable amplitud (un pueblo de cerca de 100 millones de jóvenes según las consideraciones de "Amnistía Internacional", 150 millones según la organización Internacional del Trabajo) y en crecimiento en casi todos los sitios. Las públicas instituciones, aún cuando manifiestan conciencia de la gravedad del fenómeno, no se movilizan adecuadamente con intervenciones eficaces de prevención y recuperación. En la misma sociedad civil a menudo la actitud predominante es la de alarma social, porque se está ante una amenaza de orden público. Se está pues más preocupado de la protección personal frente al peligro que constituyen los chicos de la calle, que de ayudar a los propios chicos; Cuesta pues que surja el sentido humanitario, solidario, sobre el problema, y todavía más el sentido cristiano.
Los "chicos de la calle" en sentido estricto, carecen de una lazo de unión con su núcleo familiar de origen, han hecho de la calle su casa, obligados a menudo incluso a dormir allí. Entre ellos se dan una gran variedad de situaciones. En los Países en vías de desarrollo es impresionante el número de jóvenes que entran en esta categoría. Diversa es la situación de los "chicos en la calle”, es decir, de los que pasan gran parte de su tiempo en la calle, pero no carecen de “casa” ni de un lazo de unión con su familia originaria. Ellos prefieren vivir al día, con escasa o ninguna responsabilidad de cara a su formación y su futuro, en agrupaciones poco recomendables. Su número también es preocupante en los Países desarrollados.
Numerosas son las causas que están en la base de este fenómeno social de dimensiones cada vez más alarmantes. Entre las principales destacan: creciente disgregación de las familias; emigración; pobreza y miseria; drogadicción y alcoholismo; prostitución e industria del sexo; guerras y desórdenes sociales; la difusión, sobre todo en Europa, de una "cultura de confusión y trasgresión"; falta de valores de referencia.
Entre los deseos formulados al final de los dos días de trabajo destacan: la creación de comunidades y grupos (parroquiales y no parroquiales) dónde los jóvenes tengan la posibilidad de conocer y vivir el Evangelio con radicalidad; la institución de escuelas de oración que den un nuevo impulso a la dimensión contemplativa y por consiguiente, misionera de los diferentes grupos; la formación de equipos de evangelización así como de chicos 'misioneros' que lleven el abrazo de Cristo Resucitado a sus coetáneos y a los 'nuevos pobres' de nuestro siglo; la formación de jóvenes preparados profesionalmente que sepan hacer confluir sus talentos artísticos y musicales en la creación de nuevos espectáculos capaces de incidir significativamente en la prevención y llegar hasta millares de jóvenes con mensajes evangélicos; la creación de centros de formación para la evangelización de calle; el empleo de los mass-media para "gritar por los tejados” el Evangelio. (S.L) (Agencia Fides 30/11/2004; Líneas: 49 Palabras: 695)


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