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Seúl (Agencia Fides) - Se han centrado sobre todo en temas como la Eucaristía, Vida y Familia los mensajes difundidos por los Obispos coreanos para el Adviento 2004. En particular, en relación con el Año del Eucaristía" proclamado por el Santo Padre, los Obispos han expresado su firme voluntad de hacer de la Eucaristía la base de su plan pastoral, dando gran evidencia a la centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana.
Mons. Nicholas Cheng, Arzobispo de Seúl ha escrito que "la renovación de la Iglesia depende de la renovación de los individuos, que son llamados a vivir una vida evangélica", y ha pedido a los fieles que sean parte activa en la construcción de familias que sean auténticas comunidades de fe, "primer paso para realizar la evangelización del mundo."
Mons. Paul Ri Moun-hi, Arzobispo de Daegu, les ha escrito a los fieles un mensaje sobre el tema de la unidad, invitándoles a vivir una vida centrada en la Eucaristía que, afirma, “nos enseña a vivir según el Evangelio, conformados a Cristo y en comunidad de amor".
En ana carta enviada a su comunidad diocesana, Mons. Andreas Choi Chang-mou, Arzobispo de Kwangju, ha invitado a las familias a formar "pequeñas comunidades en las que poder hacer experiencia y compartir la vida cristiana". En preparación al 70° aniversario de la institución de la diócesis, el Obispo ha exhortado a reflexionar a nivel personal y comunitario sobre la centralidad de la Eucaristía en la vida de cada cristiano.
El mensaje de otros Obispos coreanos han reafirmado al valor de la vida y han recomendado vivir el tiempo de Adviento como tiempo fuerte de oración y solidaridad, meditando la Biblia en las familias.
Además de los mensajes de los Obispos, atentos a las exigencias del propio territorio, la Conferencia Episcopal de Corea ha difundido al inicio del Adviento una Carta titulada "La familia, lugar del amor y de la vida", inspirada en el encuentro de la Federación de las Conferencias Episcopales asiáticas, reunidas en Corea en agosto pasado. Los Obispos afirman que toda familia debería participar en el trabajo de recuperación de otras familias heridas y destruidas. La carta reconoce que "el agente de santificación y evangelización de la familia es la propia familia: todas las familias deberían tratar de convertirse en comunidades de comunión y amor."
El texto también ofrece sugerencias prácticas, como desarrollar programas de formación, constituir pequeñas comunidades de familias, formar laicos para la pastoral familiar, ofrecer consultoría humana y espiritual a divorciados, casados, personas afectadas por la violencia doméstica. (PA) (Agencia Fides 29/11/2004 Líneas: 34 palabras: 437)
