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Mechelen (Agencia Fides) - El encuentro anual de la Comisión del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) para las Migraciones y de los Directores Nacionales europeos para la atención pastoral de los emigrantes se ha tenido del 17 al 19 de septiembre en el Centro pastoral diocesano de Mechelen (Malines) Bélgica. Estaban presentes representantes de la Santa Sede y de 24 Conferencias Episcopales, del COMECE, Caritas, la Comisión Internacional Católica para las Migraciones (ICMC) y la Comisión de las Iglesias Europeas para los Emigrantes (CCME). El encuentro tenía por objetivo el análisis de las consecuencias de la ampliación de la Unión Europea sobre la atención pastoral de la Iglesia por los migratorios.
El Arzobispo Agostino Marchetto, Secretario del Pontificio Consejo para los emigrantes e itinerantes, presentó el reciente documento sobre la atención pastoral de los emigrantes “Erga migrantes caritas Christi”, sobre el que discutieron después los participantes en dos grupos lingüísticos. El Dr. Hendrik Lesaar (COMECE) y Mariette Grange (ICMC) analizaron la armonización de la política de la Unión Europea respecto al asilo y refugiados y Martina Liebsch (Caritas) y Doris Peschke (CCME) hablaron de sus efectos en la migración. Emergió claramente como la Iglesia puede colaborar, y efectivamente colabora, con la sociedad civil. Los temas principales surgidos de estas contribuciones llevaron a una discusión sobre argumentos que van desde la idea de construir centros de "permanencia" en las fronteras europeas hasta los objetivos de la política migratoria, (¿quién es el sujeto de ella?) y al hecho de que con frecuencia la "seguridad" se convierte en un argumento fundamental en la determinación de las políticas migratorias, así como la idea que la Iglesia podría ser capaz de ofrecer a los gobiernos ideas útiles respecto a la calidad de los procedimientos a seguir respecto a quienes piden asilo y a los emigrantes en general.
El Padre Beniamino Rossi, superior regional de los Padres Scalabrinianos, presentó el tema de la política migratoria desde el punto de vista teológico, proponiendo tres puntos que guiaron después la discusión en los grupos lingüísticos: 1) La Iglesia local está llamada a ser Católica o "universal" en el sentido de ser inclusiva, pero también de mantener unidos a los diversos grupos culturales que constituyen la Iglesia local. ¿Qué modelos pastorales pueden funcionar bien? 2) La presencia de un número cada vez mayor de personas procedentes de las Iglesias Orientales (en su mayoría ortodoxos) es un llamamiento para la Iglesia local a descubrir formas de "diálogo ecuménico" que correspondan a la esperanza, ampliamente cultivada por Juan Pablo II, para que Europa pueda respirar de nuevo plenamente a dos pulmones. ¿Cuál puede ser la contribución de las comunidades cristianas orientales? 3) La masiva presencia islámica (y el probable futuro influjo de Hinduista y Budistas) son un desafío para comprometernos en un más amplio diálogo interreligioso e intercultural. ¿Qué podemos compartir de nuestra fe con otras religiones y culturas? Los participantes aprobaron un documento conclusivo redactado en forma de recomendaciones para ofrecer a los Obispos europeos. (S.L) (Agencia Fides 22/9/2004; Líneas: 40 Palabras: 524)
