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Nueva Delhi (Agencia Fides) - Asegurar la justicia para todas las víctimas de la violencia religiosa e intercomunitaria en la India; salvaguardar la paz y la reconciliación, que se alcanzan con la prevención y la justicia: es lo que pide una carta pública enviada por la comunidad cristiana en la India a los líderes de la nación y que también ha llegado a la Agencia Fides. La carta, firmada, en nombre de la comunidad cristiana, por el Arzobispo de Delhi, Mons. Vincent Concessao, explica que el espíritu que anima a los cristianos a dirigirse a la política es “la caritas, una extraordinaria fuerza que impulsa a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el ámbito de la justicia y la paz”.
Los cristianos, que desde hace dos mil años se esfuerzan por “promover el amor” en la India, observan con preocupación que, desde 1990, según estimaciones oficiales, más de 6.000 incidentes graves de violencia intercomunitaria han dañado a la nación. “En los primeros años del siglo 21 hubo dos actos graves de violencia colectiva: el primero fue el pogrom contra los musulmanes en 14 distritos de Gujarat en febrero-marzo de 2002; mientras que el otro fue la violencia contra los cristianos en el distrito de Kandhamal, en Orissa, en el año 2008”. El texto recuerda que, en Gujarat, fueron asesinados 790 musulmanes, 523 lugares de culto fueron dañados y 61.000 musulmanes huyeron de sus hogares. En Orissa, más de 100 personas murieron y los prófugos fueron 56 mil cristianos.
“Las víctimas de ambos actos de violencia siguen esperando que se haga justicia. Los asesinos continúan en libertad, no ha habido ninguna reparación por lo sucedido”, señala la apelación. “El sesgo religioso no es algo bueno para la nación. La impunidad de que gozan los funcionarios, los agentes de la policía, y especialmente los políticos de alto nivel, entre ellos el Primer Ministro de Gujarat, se burla del Estado de Derecho y la Constitución de la India”, subraya la carta. Los cristianos esperan en el tentativo de “la aprobación de nuevas leyes que, se espera, pongan fin a la violencia comunitaria y a los crímenes de odio de masas”, como la “Communal Violence Bill”, propuesta en el Parlamento en 2011.
El llamamiento termina con algunas peticiones concretas a los líderes de la nación: garantizar la justicia para las víctimas; poner fin a la impunidad de los responsables políticos y del gobierno; tomar medidas urgentes e inmediatas para garantizar que los supervivientes puedan reconstruir sus vidas; identificar maneras de restablecer la confianza entre las víctimas, asegurándo que sus vidas regresen a la normalidad. Por otra parte, los cristianos piden una presencia adecuada de las minorías religiosas en el aparato policial y en los grupos investigativos, y una rápida adopción de la Ley para prevenir y combatir la violencia, para que esta “puede ser cortada de raíz”. (PA) (Agencia Fides 27/2/2012)
